Doctrina de la Fe pide garantizar el acceso a los sacramentos de madres solteras y sus hijos
Víctor Manuel Fernández sostiene que «se las debe alentar» a comulgar y que las comunidades deben valorar su elección por la vida
¿Qué hacer con las madres solteras que «se abstienen de comulgar por temor al rigorismo del clero y de los dirigentes comunitarios»? Fue la pregunta que le hizo por correo electrónico un obispo dominicano a Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, quien acaba de hacer pública su respuesta.
El cardenal argentino comienza lamentando que, «en algunos países, tanto los sacerdotes como algunos laicos impiden a las madres que han tenido un hijo fuera del matrimonio acceder a los sacramentos e incluso bautizar a sus hijos». Y revela que, durante los últimos meses, «varias cartas de laicos recibidas por el Santo Padre vuelven sobre el mismo tema».
Cita después al Papa, quien ya pronunció en junio ante el comité organizador del Congreso Eucarístico Nacional de Estados Unidos que «la Eucaristía es la respuesta de Dios al hambre más profunda del corazón humano, al hambre de vida verdadera». Según dijo entonces Francisco, «en ella Cristo mismo está verdaderamente entre nosotros para alimentarnos, consolarnos y sostenernos en nuestro camino». Una cita a la que Fernández añade que «a las mujeres que, en esa situación, han optado por la vida y llevan una existencia muy compleja a causa de esa opción se las debe alentar a acceder a la fuerza sanadora y consoladora de los sacramentos».
El prefecto rescata también una homilía del cardenal Bergoglio en 2012. El entonces arzobispo de Buenos Aires denunciaba que «hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio. Estos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación. Y esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia en parroquia para que se lo bauticen».
El máximo responsable de Doctrina de la Fe usa este sermón como muestra de que «el Papa Francisco ha reconocido la valentía de estas mujeres por seguir adelante con su embarazo». Y se apoya en otra intervención del Pontífice, en este caso durante una conexión con la televisión estadounidense ABC News en 2015. Aquel día Francisco dijo en antena a una mujer con dos hijas extramatrimoniales: «Sé que no es fácil ser una madre soltera, sé que la gente a veces las puede mirar mal, pero te digo una cosa: eres una mujer valiente porque fuiste capaz de traer dos hijas al mundo. Tú podrías haberlas matado en tu vientre y respetaste la vida, respetaste la vida que tenías dentro tuyo y eso Dios te lo va a premiar y te lo premia. No tengas vergüenza, ve con la frente alta: “Yo no maté a mis hijas, las traje al mundo”. Te felicito, te felicito y que Dios te bendiga».
Valorar su elección por la vida
Víctor Manuel Fernández encarga «trabajar pastoralmente en la Iglesia local para hacer comprender que el hecho de ser madre soltera no impide el acceso a la Eucaristía». Recuerda que, «como el resto de los cristianos, la confesión sacramental de los pecados cometidos les permite acercarse a comulgar». Y pide a las comunidades valorar «que son mujeres que acogieron y defendieron el don de la vida que llevaban en sus entrañas y que luchan cada día por sacar sus hijos adelante».
El prefecto reconoce que existen «situaciones difíciles que es necesario discernir y acompañar pastoralmente». Por ejemplo, la existencia de mujeres que, movidas por un contexto especialmente vulnerable, «algunas veces recurran a vender su cuerpo para sostener su familia». Sin justificar en ningún caso la prostitución, considera que «la comunidad cristiana esta llamada a hacer todo lo posible para ayudarla a evitar este gravísimo riesgo, más que juzgarla duramente». Y retomando las palabras del Papa en su encíclica de 2016, Amoris laetitia, escribe que «los pastores que proponen a los fieles el ideal pleno del Evangelio y la doctrina de la Iglesia deben ayudarles también a asumir la lógica de la compasión con los frágiles y a evitar persecuciones o juicios demasiado duros o impacientes».
El cardenal Fernández toma como ejemplo el pasaje del Evangelio en el que Jesús perdona a una mujer adúltera y le encarga: «Vete, y no peques más». Advierte de que, aunque hay voces que interpretan tal mandato como lo más importante de su encuentro, «esa frase no constituye el mensaje central de esta perícopa evangélica, que es sencillamente la invitación a reconocer que nadie puede arrojar la primera piedra».
Y saca a relucir otro fragmento de Amoris laetitia donde el Papa dice sobre las madres solteras que, «en las difíciles situaciones que viven las personas más necesitadas, la Iglesia debe tener un especial cuidado para comprender, consolar, integrar, evitando imponerles una serie de normas como si fueran una roca, con lo cual se consigue el efecto de hacerlas sentir juzgadas y abandonadas precisamente por esa Madre que está llamada a acercarles la misericordia de Dios».
Concluyendo su respuesta, el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe recuerda que durante la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo, celebrada en octubre, Francisco reivindicó el rostro femenino de la Iglesia al tiempo que denunció las «actitudes machistas y dictatoriales» de los ministros que «se exceden en su servicio y maltratan el pueblo de Dios».