Dios no tiene ni voz ni voto - Alfa y Omega

La actualidad de los desmemoriados que podrían razonar, no cambia. La picaresca no debería escandalizar tanto a atildados y virtuosos, si echasen la vista atrás y vieran la vanagloria de jerarcas que crían malvas en su mausoleo y si Napoleón no pasó antes; porque guerra y expolio van de la mano. Pero la tumba o las lucecitas navideñas no las pone el jefe, sino el esclavo subcontratado. Se elogia el ingenio porque se supone en el hombre el pensamiento. Algunos tiran la toalla y siguen a cualquier tuitero, pero podrían dejar a la posteridad su placa conmemorativa con cortinilla. Olvidarán, claro, a los parias que levantaron el monumento o a los que llevan en bici, a toda prisa, un caprichito para la gula. Peones somos todos. Dios no es conservador ni progresista, pero nos sabe heridos de tedio y esclavitud porque Él nos lleva dentro. Por eso no podía hacerse otra cosa que peón sin voz ni voto, como nosotros. Pudiendo levantar el gran muro de Dios que más de uno sueña, o secundar nuestras extravagancias, no lo hizo. Y pudiendo imponer la cruz, se la impusieron a Él, por blasfemo. 

Piensen en sus batallitas y en Napoleón. Dios quiso ser como su criatura y terminó clavado como una mariposa en un tapiz. Piensen un poco y pregúntense en qué lugar se pondrían ustedes y dónde están ahora mientras Él pinta el día, pese a la ceguera de esclavos hechos al hastío.

Piensen. Piensen un poco y recuerden dónde hemos dejado olvidado a Dios y lo hemos perdido en pos del peloteo, las influencias, las promesas de poder, el estatus, las traiciones palaciegas, las cuchilladas por la espalda entre aterciopelados tapices, en el descansillo del portal o en la zona de los proscritos fumadores; los silencios interesados de desinteresados amigos… la miserable postración de los pobres hombres a sus ídolos silentes, esos que jamás acompañan al ajusticiado en su patíbulo personal. Así que piensen un poco. Si son hombres y tienen corazón de hombre, piensen qué desean realmente. Si la borrachera del éxito o el dolor del fracaso no les ha cerrado la mente, piensen. Piensen si pueden darse a sí mismos y a las personas que aman aquello que desean. Piensen si bastan todos los juguetes, objetos y avances conseguidos hasta ahora. Piensen si al hombre le basta con tener buenos pensamientos, buenos modales y es suficiente solo la vida, con el tran tran aburrido del ir tirando. Y pregúntense, si son verdaderos hombres, si tienen aún sangre en las venas, dónde estaban ustedes hace millones de años, dónde estaban hace miles de años, dónde estaban ustedes hace unas horas mientras Dios tejía la noche para que su criatura más querida descansara en paz y luego ha hecho una nueva aurora.