«Dios no está mirando ausente lo que ha pasado en la DANA»
¿Dónde está Dios cuando pasan catástrofes como la que ha afectado a buena parte de España esta semana? Es la cuestión a la que trata de dar respuesta el profesor de San Dámaso José Antúnez. «El que va más allá de la razón puede encontrarse a Dios en medio del dolor», afirma
«A veces nos gustaría una respuesta fácil para saber dónde está Dios cuando pasan estas cosas, pero nuestra relación con Él no es algo mágico. Dios no está mirando ausente lo que ha pasado en la DANA. Él nos da una respuesta viva desde la fe, una respuesta que hay que descubrir y pedir», afirma José Antúnez, profesor de Antropología y Ética de la Universidad San Dámaso.
El del lugar de Dios en medio de catástrofes como la que se está viviendo estos días en buena parte de España no es un problema nuevo dentro de la teología. El terremoto de Lisboa de 1755, que causó cerca de 100.000 muertes, provocó un vivo debate filosófico y teológico en el que entraron los principales intelectuales de aquel tiempo y del que se pueden sacar conclusiones en nuestro contexto.
«Rousseau defendió a Dios diciendo que la culpa no era suya, sino de los hombres y de su poca previsión a la hora de edificar en ese tiempo. Kant se aproximó al debate de una forma más fría, atendiendo sobre todo a las causas naturales de la catástrofe», explica el profesor Antúnez. Por su parte, la reacción más sorprendente fue la Voltaire, conocido por su anticlericalismo, que «escribió un poema en el que se abrió a Dios como única fuente de esperanza, sugiriendo la idea de que Él cuida de cada uno en toda circunstancia, aunque a veces no lo podamos ver ni entender», señala.
En lo relativo a la DANA que ya ha causado más de un centenar de víctimas e incontables desaparecidos en España, Antúnez reconoce que «un acontecimiento así nos golpea muchísimo, porque cada persona es un universo y tiene un valor infinito. Y como no lo entendemos, inevitablemente nos tenemos que hacer preguntas».
En este sentido, en cuanto a las víctimas mortales transmite «la esperanza de que Dios las abraza con su Muerte y Resurrección, aunque ahora no podamos entender nada». «Dios incluso comprende la indignación que nos pueden causar estos hechos», añade. Pero anima a «no separarnos de la Iglesia y de Jesús», para poder experimentar «la paz que en medio de todo esto solo puede dar Dios».
El profesor de San Dámaso habla incluso de «apostar por un Dios que se acerca» aun en la calamidad, «más allá de nuestra capacidad lógica»; algo que en realidad está en consonancia «con la misma cruz de Jesús». Por eso, «aunque no tengamos seguridades, el que va más allá de la razón puede encontrarse a Dios en medio del dolor. Hay personas que, sin culpa alguna, no pueden dar este paso, pero los creyentes no podemos dejar de proponerlo». De ahí que «si vives todo esto desde la cruz tu corazón crece y ese mismo dolor te llevará a comprender el de los hermanos e incluso el de Dios cuando pasan hechos como los de estos días», concluye.