El otro día un joven al que acompaño espiritualmente me preguntaba: «Padre Fer, ¿qué puedo hacer este verano? Me da miedo perderme, necesito seguir viviendo una vida ordenada y, por la experiencia que tengo de otros veranos, suelo perder todo lo que he ganado durante el curso».
Nos puede pasar a muchos que el verano nos venga mal, porque no sabemos vivirlo y aprovecharlo y porque, posiblemente, perdamos mucho tiempo. Especialmente los jóvenes. Es muy importante que el verano lo tengamos ordenado, aprovechando para hacer muchas cosas que durante el curso no nos da tiempo. Este tiempo, bien aprovechado, nos puede dar juego para hacer muchas actividades que van bien para nuestra vida personal y también espiritual. Dejo diez pistas que podemos practicar para hacer diferente el verano:
1. Descanso sí, pereza no. Al tener más tiempo libre, podemos no saber qué hacer en cada momento. El verano es un tiempo para descansar, para cambiar de actividad, pero no para no hacer nada.
2. Hazte un horario que mole. Es importante tenerlo para que ayude a organizar los días y los fines de semana, adaptado para el verano y aprovechando para hacer las cosas que durante el curso no da tiempo a hacer.
3. Pon a Jesús en el centro de tu día. Este tiempo es especial para que esté más presente y aprovechar para aumentar y enriquecer nuestra oración.
4. Date a los demás. El verano es un tiempo para hacer voluntariado, para visitar a familiares mayores y enfermos, para acudir a algún centro asistencial.
5. Santos de copas. Se puede aprovechar para salir con amigos, para divertirse en las fiestas de los pueblos, para evangelizar en medio del mundo, para hacer presente a Dios a través del ejemplo y las palabras.
6. No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma. Lleva una vida ordenada, alimentando al alma con la oración.
7. Lee para formarte. Los días de vacaciones son un tiempo propicio para aprovechar, leer algún libro y crear criterios personales y propios que puedan fortalecer nuestro testimonio.
8. Disfruta y cuida de la casa común. Aprovechemos para salir y tener contacto con la naturaleza y disfrutar y preservar el medio ambiente.
9. A Jesús se va y se vuelve por María. Tenla presente en este tiempo de muchas fiestas marianas.
10. Descubre tu vocación. Al terminar etapas, puede ser un tiempo en el que preguntar al Señor: «¿Qué quieres de mí?».