Diego Solana: «Todos buscamos lo mismo: la reparación de las víctimas»
Socio director adjunto del despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo, forma parte de la comisión que investigará los abusos sexuales en el seno de la Iglesia española
¿Cuál va a ser el modo de trabajo de la comisión?
Vamos a abrir una nueva vía independiente y directamente en colaboración con la Iglesia. La Conferencia Episcopal Española ha decidido iniciar una nueva etapa, aceptando que las cosas se pueden hacer mejor en el seno de la Iglesia y confiando principalmente en el modelo alemán, que lo dirigen abogados y se basa directamente en testimonios, no en estadísticas. Ya hemos hablado con personas involucradas en las comisiones de Francia y Alemania y vamos a seguir hablando, a aprender de los aciertos y de los errores, y en colaboración con todo el mundo. Creemos que todos buscamos en el fondo lo mismo: la reparación de las víctimas. Para ello, lo primero que hay que hacer es entender la dimensión del problema.
Cuando habla de reparar, ¿ a qué se refiere exactamente?
Como juristas, abordaremos el tema de la responsabilidad, porque en un hecho delictivo o ilícito en el que se haya producido un daño, ese daño debe ser reparado. Ahí podemos establecer pautas, que en algunos casos podrán ser económicas y en otros casos asistenciales, o lo abarcarán todo.
Tienen una vía de contacto directo y, además, ¿van a trabajar en red con las oficinas diocesanas, congregaciones, Defensor del Pueblo, prensa o asociaciones de víctimas?
Tenemos nuestro canal independiente, denunciaabusos@cremadescalvosotelo.com, donde ya nos han contactado una veintena de personas. Vamos a hablar con todos. No somos una alternativa, somos una comisión colaborativa.
¿Van a valorar judicialmente cada caso?
No vamos a buscar la verdad judicial, eso corresponde a otras instancias.
Un caso hipotético. Contacta una víctima de 40 años, abusada hace 30. No hay pruebas claras; igual hasta el abusador está muerto. ¿Este caso estaría incluido en el informe final?
Vamos a incorporar nuevos perfiles al equipo que nos puedan ayudar en esta tarea. Escucharemos a todos, y por supuesto que se van a incluir este tipo de casos en el informe. Porque la finalidad es clarificar la dimensión del problema.
Ustedes hablaron inicialmente de juristas. ¿Qué otros perfiles van a incorporar?
Victimólogos, psiquiatras, gente del mundo de la cultura, de las ciencias sociales, expertos en derecho canónico.
Las víctimas necesitan acompañamiento. ¿Cómo van a gestionar esto?
Trabajaremos en ello y derivaremos, por ejemplo, a las oficinas diocesanas o a otras oficinas o asociaciones que puedan crearse en el futuro. Con estos temas tan masivos podemos caer en la frialdad del procedimiento y de los números, del análisis jurídico y la reparación, pero detrás de esto hay historias individuales trágicas, personas con un extraordinario sufrimiento. Las personas tiene que estar en el centro y nosotros, con total humildad, apoyarlas.
¿Abarcarán un periodo concreto?
Inicialmente no vemos ningún motivo para poner un límite temporal. Mientras haya una persona que haya sufrido abusos, que viva y quiera contarlo, nosotros queremos que nos contacten.
¿Entonces no tendrán en cuenta el principio de la prescripción?
El principio de la prescripción, que es una figura de seguridad jurídica, tiene su importancia a la hora de determinar la verdad judicial, pero no es tan relevante en nuestro informe, porque el objetivo es conocer el problema.
Ya están la Fiscalía, el Defensor del Pueblo, las oficinas de las diócesis… ¿Qué puede aportar su bufete?
Un despacho de abogados que cuenta con gran prestigio y que desde hace 25 años ha estado involucrado en asuntos que han implicado a miles de personas. Fraudes financieros, daños derivados con los cierres de la pandemia, cierre del espacio aéreo… Vamos a poner los medios para hacer el mejor trabajo posible.
No hay duda de su independencia, pero el debate de la imparcialidad, al haberse declarado Javier Cremades como católico, sí está en la mesa.
Este despacho intenta representar la sociedad en la que presta servicio. Tenemos gente de nueve nacionalidades, de distintas creencias, ideologías, edades. Si no somos capaces de hacer un trabajo digno y que ayude a las personas, será un fracaso. No veo otra alternativa.