Día de los Mayores: «No sé si vamos a morir de coronavirus o de soledad»
Con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores, las asociaciones que trabajan en este sector denuncian la vulneración de sus derechos durante la pandemia y piden una mayor protección
Con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores, que se celebra el 1 de octubre en todo el mundo, la Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores —que engloba a diversas asociaciones de la atención en este ámbito, como Cáritas española—, ha presentado un manifiesto en el que llama la atención ante la vulneración de derechos que han sufrido los ancianos con motivo de la pandemia de la COVID-19. En el texto denuncian que el confinamiento «ha tenido un impacto desproporcionado sobre las personas mayores y ha evidenciado una profunda crisis estructural en el sistema de cuidados de larga duración y en las residencias», un fenómeno al que ha acompañado »la falta de respuestas por parte de los poderes públicos».
Por ello, la Mesa ha exigido garantizar los derechos y mejorar la calidad de vida de las personas mayores, «especialmente en el caso de aquellas que se encuentran en situación de pobreza, exclusión social o viven en el medio rural».
En este contexto, las organizaciones de la Mesa recuerdan que «es fundamental garantizar el derecho y el acceso a la sanidad pública de todas las personas mayores», así como «reforzar los servicios de atención domiciliaria y teleasistencia».
Al mismo tiempo, solicitan «apostar por el tercer sector de acción social sin ánimo de lucro, frente a otras entidades con fines lucrativos». Según Juan Manuel Martínez, presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), esto significa que «las comunidades autónomas tienen que desarrollar un sistema de inspección muy bueno para que los mayores atención de calidad y digna».
Martínez calcula que durante la primera ola de la pandemia murieron más de 20.000 personas en las residencias, un 67 % del total de muertes en España, «pero la cifra exacta no la sabremos hasta que todas esas defunciones queden registradas oficialmente».
Para el presidente de CEOMA, una consecuencia positiva de todo esto es que «ha aumentado la sensibilización hacia nuestra situación», pero «tenemos que seguir dando pasos adelante y protegernos frente al virus». Por eso propone hacer test de antígenos al personal de las residencias y a los familiares, y seguir con las pautas de distancia social, «especialmente los jóvenes». También demanda que «los médicos de las residencias pertenezcan al sistema nacional de salud, para que puedan solicitar pruebas y mejorar la coordinación con el sistema público». Todo ello, en prevención de nuevos casos en esta segunda ola, «aunque sea triste que no puedas ver a tu familia más que través de una reja. A veces no sé si vamos a morir de coronavirus o de soledad», reconoce Martínez.
El manifiesto de la Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores considera «indispensable» reformar la Ley de dependencia «para adaptar sus prestaciones a la nueva realidad» y poner en marcha políticas públicas «dirigidas a evitar la discriminación de los mayores».
Debido a las consecuencias de la pandemia sobre el sector de la población que representan, también consideran necesario «apostar por un nuevo modelo habitacional de residencias y otros tipos de alojamientos basados en iniciativas de las propias personas mayores».
En este sentido, las organizaciones exigen incluir en los presupuestos del Estado y de las Comunidades Autónomas recursos económicos que permitan mejorar la atención de las necesidades de las personas mayores «y hacer un seguimiento de oficio de aquellas situaciones de vulnerabilidad e indefensión que pudiesen padecer». Finalmente, las organizaciones reivindican que, desde España, se apoye de manera firme una Convención internacional sobre los derechos de las personas mayores por parte de Naciones Unidas.