Los tesoros del Archivo Histórico Diocesano de Madrid
Conserva documentos de gran importancia, como las capitulaciones matrimoniales de Francisco de Goya o los libros de bautismo y confirmación de infinidad de fieles anónimos
El Día de los Archivos, que se celebra este viernes 9 de junio, lleva por lema #ArchivosUnidos al coincidir la celebración, en esta ocasión, con un doble aniversario: el de los 75 años de la creación del Consejo Internacional de Archivos y los 50 años de la Asociación Latinoamericana de Archivos.
Durante la jornada, cómo ha ocurrido a lo largo de toda la semana, se están sucedido exposiciones, talleres o visitas guiadas para mostrar las instalaciones —como ocurre en el caso del Archivo Histórico Nacional, en Madrid, que hoy permite el acceso del público a zonas habitualmente restringidas como el taller de restauración o el depósito— y, sobre todo, para dar a conocer el trabajo que se desarrolla en el interior de los archivos.
Descripción entre bastidores
En el caso del Archivo Histórico Diocesano de Madrid, este trabajo es doble. Por un lado «nos dedicamos a atender y ayudar a las personas que viene al archivo a investigar. Le ofrecemos orientación o le preparamos la documentación que nos piden», explica Pedro Sabe Andreu, director adjunto de este archivo desde 2016. Por otro lado, hay una parte «que pasa más desapercibida, pero que yo diría que es más importante», que es el trabajo de descripción. «Una gran parte de la documentación del archivo está todavía sin describir plenamente y parte del trabajo del archivero es ir completando estos campos».
De cara a esta labor, Sabe Andreu habla de la necesidad de «cuidar, atender y dotar de buenos profesionales, medios y espacio físico» a los archivos «para poder desarrollar el trabajo». Una reivindicación que el director adjunto recuerda especialmente en este Día de los Archivos, pero que también cree que hay que hacer de forma permanente. Hay mucho trabajo entre bastidores, que no se ve, «es un trabajo callado y basado en la constancia», que necesita ser reconocido más allá de este día.
Capitulaciones matrimoniales de Goya
El reconocimiento también es necesario, según el director adjunto, a tenor de la utilidad pública de este sector. «Aquí damos un servicio valioso para todo aquel que viene a por documentos, ya sea para trazar historias familiares o para hacer valer derechos». No menos importante es la labor de custodiar las propias raíces. En el Archivo Histórico Diocesano se conserva, por ejemplo, la propia historia fundacional de la diócesis. «Aquí guardamos las bulas fundacionales y los breves que acompañaron a la creación de la diócesis de Madrid», afirma Pedro Sabe.
No es el único tesoro oculto entre sus muros. «Tenemos auténticas joyas, como pueden ser las capitulaciones matrimoniales de Francisco de Goya o de Rosalía de Castro». Hay otros documentos, sin embargo, que «parecen no brillar», o que «no tienen nada de particular, pero son verdaderos tesoros», como son los libros de bautismo, de matrimonio o de confirmación de infinidad de fieles anónimos. «Para la Iglesia tiene muchísimo valor la memoria de sus hijos, de su vida sacramental. Tienen una gran importancia por su significado», concluye el archivero.