«Desvestí a Kolbe del mono de Auschwitz» y apareció el de inventor, profeta o místico
Todo el mundo conoce la trágica muerte de Kolbe en Auschwitz, pero pocos saben que el santo fue también un inventor, profeta y, sobre todo, un místico. La película Dos Coronas nos presenta la vida más desconocida del santo franciscano polaco
El modo en el que Maximiliano Kolbe murió es bastante conocido. Fue en el campo de concentración de Auschwitz después de que uno de los presos se escapara. En represalia, el comandante nazi Karl Fritzsch ordenó asesinar a diez de los compañeros del fugado. En concreto, les condenó a morir de hambre. Entre los seleccionados se encontraba Franciszek Gajowniczek, un sargento del Ejército polaco. Al oír su nombre Gajowniczek dijo que estaba casado y tenía dos hijos, y suplicó por su vida. Conmovido, el padre Kolbe dio un paso al frente y pidió cambiarse por el sargento: «Soy un sacerdote católico polaco. Me gustaría ir en su lugar, puesto que él tiene esposa e hijos». El sacerdote franciscano polaco murió dos semanas después, el 14 de agosto de 1941, en una celda junto al resto de sus compañeros.
Esta historia volvió a llenar páginas de periódico y minutos en televisión cuando el Papa Francisco, durante la JMJ de Cracovia de 2016, se acercó a Auschwitz y entró a rezar en la celda en la que había perecido el santo —canonizado por san Juan Pablo II en 1982—. Pero más allá de su muerte, ¿quién fue el padre Kolbe?, se preguntaron cientos de periodistas de todo el mundo. «Nosotros en Polonia conocíamos su historia y podíamos dar respuesta a esa pregunta», explica Adam Woronowicz. Así surgió la película Dos coronas, que se estrenó en España el viernes 18 de mayo y en la que Woronowicz interpreta precisamente al sacerdote franciscano.
Inventor, profeta, místico
De esta forma, para interpretar a Kolbe «le desvestí del archiconocido traje de rayas de Auschwitz», asegura el actor a Alfa y Omega. Y entonces apareció el traje de inventor, «diseñó planos para construir aviones o naves espaciales»; el de profeta, «tenía unas visiones del mundo impresionantes. Al llegar a Nagasaki, por ejemplo, decidió no comprar un terreno porque visualizó una bomba y una bola de fuego que caerían en aquel lugar» —años después caería allí una de las dos bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial—. Sin el mono del campo de concentración nazi, incluso apareció el Kolbe más místico: «Para los frailes de Niepokalanow —monasterio fundado por el propio mártir— Kolbe sobre todo había sido un místico», asegura Adam Woronowicz.
En la película Dos coronas también vemos a un Kolbe pionero en la utilización de la prensa escrita para evangelizar o fundando el mayor monasterio del mundo. «En aquel entonces, en Niepokalanow vivían 700 frailes y cada semana había de 10 a 20 jóvenes venidos de toda Polonia que hacían cola en su puerta para ser admitidos. Allí conviven todavía hoy 120 hermanos».
Toda esta información se encuentra en los documentos recogidos para el proceso de beatificación y canonización y fue consultada por el equipo de Dos coronas a la hora de documentarse para elaborar la película-documental. «Es un bagaje excepcional. Existen numerosos testimonios de gente que le conoció en vida. Mirando esos documentos, estudiándolos, vemos a un personaje increíble, extraordinario, absolutamente fuera de lo común», asegura el actor polaco. En este sentido, para Woronowicz es especialmente llamativo el testimonio de la madre de Kolbe, que «afirmó que el día de la muerte de su hijo, este le visitó en sueños».