Despierta Sonrisas, la ONG que da apoyo escolar…, y algo más
Refuerzo académico y educación emocional en valores son las dos claves de la iniciativa Despierta Sonrisas, en beneficio de niños vulnerables que «son el futuro de nuestra sociedad»
«Los niños de hoy viven en una época en la que la familia no es fuerte, porque está más enfocada a cosas externas. Los veo muy solos. Por eso a finales del año pasado me puse a buscar un voluntariado por internet, y así llegué a Despierta Sonrisas», afirma Yeraldyn Loaiza, hoy coordinadora de voluntarios en este proyecto de la Fundación Iniciativa Social.
Esta licenciada en Pedagogía Infantil encontró «un enfoque que enseguida me atrapó, porque combina educación, familia y niños en situación de vulnerabilidad». Desde entonces, ha dedicado cuatro horas a la semana a trabajar con los niños «desde el punto de vista emocional y de los valores, gestionando su comportamiento social, aparte de darles apoyo académico en las asignaturas en las que más flojean. Son dos áreas que se complementan muy bien».
Despierta Sonrisas nació en Valencia en 2005, cuando un grupo de estudiantes universitarias contactaron con la Fundación Iniciativa Social para desarrollar una labor de voluntariado. «Desde el principio, quisimos enfocar el proyecto como un apoyo de la primera infancia en situación de vulnerabilidad social en sus centros escolares, y todo ello mediante actividades de educación no formal», explica Joaquín Lleó, director de la fundación. «Con ello pretendimos crear un espacio de desarrollo personal y de ocio que generase un vínculo afectivo entre los niños y los voluntarios», añade.
Actualmente, Despierta Sonrisas trabaja en nueve centros educativos en áreas urbanas vulnerables de toda la Comunidad Valenciana, y en otros dos centros de intervención propios. Desde su nacimiento han participado más de 600 voluntarios, «sobre todo estudiantes de las universidades locales, pero también profesionales que dedican al menos un par de horas semanales a las actividades con menores», dice Lleó.
Durante ese tiempo realizan actividades extraescolares para reforzar competencias académicas y valores a través del juego. «Trabajamos elementos básicos tanto para el aprovechamiento del aprendizaje en los centros educativos, como para el desarrollo de las habilidades sociales y competencias de los menores: escucha activa y asertividad, respeto a los compañeros y las compañeras, orden, trabajo en equipo…», asegura Joaquín Lleó.
«Es muy bonito ver cómo conectas con los niños, cómo te agradecen y se emocionan, cómo se abren y te cuentan sus cosas», confirma Yeraldyn. Tanto que a final del curso «los padres como los profesores los ven diferentes. Y ellos mismos se valoran mucho cuando logran superar barreras que traían», añade.
Al mismo tiempo, para los voluntarios, Despierta Sonrisas «nos permite salir del círculo estudio-trabajo, porque a veces vamos con el piloto automático pensando solo en lo nuestro», prosigue Yeraldyn. «Nosotros también necesitamos cosas como estas para crecer y ver todo lo que podemos aportar desde el cariño y desde nuestros conocimientos –continúa–. Nos sentimos tan útiles que cuando llega el verano queremos más. Es muy motivador trabajar con estos niños que son el futuro de nuestra sociedad».