Deshielo entre Roma y Moscú - Alfa y Omega

Deshielo entre Roma y Moscú

Jesús Colina. Roma

El hielo que separa a Roma de Moscú parece derretirse, aunque lentamente. El último acto de acercamiento entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa rusa tuvo lugar el 2 de octubre pasado, cuando el cardenal Crescenzio Sepe, arzobispo de Nápoles, visitó al Patriarca Alejo II y le entregó una carta firmada por Benedicto XVI. En la misiva, el Papa subraya la importancia de «apresurar el camino hacia la unidad plena de todos los discípulos de Cristo», pues el testimonio de reconciliación es cada vez más necesario «en nuestros tiempos, marcados tan a menudo por el conflicto y el dolor».

De regreso a Italia, el cardenal Sepe confesó que, tras el cisma de hace casi mil años, «se ha dado un paso bastante importante para crear un clima de cercanía y de mutuo respeto, de fraternidad y de amistad». La caída del comunismo provocó tensiones inesperadas entre la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia católica, a causa del renacimiento de los católicos en la antigua Unión Soviética, fenómeno visto por el patriarcado de Moscú como una amenaza proselitista. Pero la transición rusa sigue avanzando, y el mismo Patriarca ve ahora cómo la Iglesia ortodoxa está recuperando el liderazgo social que siempre tuvo en el país, aceptando con más facilidad el diálogo con el catolicismo. Como otro signo de acercamiento, ha enviado al Sínodo de los Obispos de Roma a un representante, monseñor Mark Sergej Golovkov, obispo de Yegorievsk.