Debemos acoger a quien no conoce a Dios

¿Cómo surgió la iniciativa de crear un nuevo Patio de los gentiles?
En el Consejo Pontificio de la Cultura existe una preocupación por el diálogo con los no creyentes. Cuando el Santo Padre hizo su discurso de Navidad a la Curia romana, recordó su reciente viaje a la República Checa, donde fue muy bien acogido. En un país en la que más de la mitad de sus habitantes son no creyentes, pensó que debíamos profundizar más en el diálogo con las personas que no tienen fe. Debemos crear en la Iglesia un nuevo Patio de los gentiles —al estilo del espacio que reservaba el antiguo Templo de Jerusalén a los gentiles simpatizantes del judaísmo, de ahí el nombre— para acoger a quien no cree, a quien no conoce a Dios pero sí tiene una cierta apertura a la trascendencia. Monseñor Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, acogió la propuesta del Santo Padre como una buena idea para crear una estructura de diálogo.

¿Qué se está preparando en el encuentro de París?
Hay diversos encuentros en preparación, pero hemos pensado que un buen lanzamiento de esta iniciativa tenga lugar en París, en cuatro momentos concretos. El primero de ellos tendrá lugar en la sede de la Unesco. ¿Por qué la Unesco? Porque se trata de un diálogo cultural; no es una iniciativa de evangelización, no vamos allí a predicar. Se trata de un diálogo honrado: junto a los no creyentes se comenzará a hablar sobre inquietudes comunes en el campo de la educación.

Después, en la Universidad de la Sorbona, tendrá lugar un diálogo entre intelectuales sobre los valores universales. Para nosotros los católicos, es fácil decir que nuestros valores son universales, porque Dios nos ha creado a todos iguales. Entonces, ¿cómo piensan los no creyentes en valores universales que edifiquen nuestra sociedad? Un aspecto que se va afrontar va a ser, a la luz de la Historia, cuál ha sido la herencia de la Ilustración y cuáles son las nuevas modalidades de relación entre razón y fe.

Más tarde, iremos a la Academia Francesa, para tratar acerca de tres temas: el arte, el derecho y la economía. El esfuerzo de la sociedad exige que estas reflexiones se traduzcan en iniciativas culturales específicas en los campos de la lengua, las bellas artes, la ciencia, la Medicina y las ciencias morales y políticas.

El Encuentro tendrá un final muy especial…
Así es. Finalizaremos con un encuentro para jóvenes en el exterior de la catedral de Notre Dame. Invitaremos a los jóvenes católicos a que traigan a sus amigos ateos, pasaremos un tiempo juntos cuyas actividades aún estamos ultimando, y luego haremos una propuesta: aquellos que lo deseen, serán invitados a entrar dentro del templo. El modelo es el antiguo Templo de Jerusalén, que separaba a judíos y gentiles, sólo que hoy Cristo ha cancelado la división entre los hombres. Así, una vez, dentro, tendremos un tiempo de oración con la comunidad de Taizé, con lecturas de la Biblia. Quien venga, puede entrar dentro de la catedral y escuchar y vivir lo que hagamos dentro.

¿Quiénes van a formar parte en todas estas actividades?
Estamos a la espera todavía de la respuesta de la Unesco, que es muy importante para nosotros. Al resto de actos, vendrán, por ejemplo, Giuliano Amato, presidente del Consejo de Ministros italiano, Frederic Mitterrand, ministro de Cultura francés, diversos embajadores y personalidades como Axel Kahn, un hombre de ciencia y que pertenece a la Sorbona, Julia Kristeva, psicoanalista no creyente pero que ha hecho un estudio bellísimo sobre santa Teresa de Ávila y que está fascinada por su personalidad, y otras figuras como Jean Clair, antiguo director del Museo Picasso, etc.

¿Este encuentro tendrá repercusión en otros países, como España?
Se están preparando varias actividades: dos grandes coloquios que tendrán lugar en Bolonia y Estocolmo, a lo largo de 2011, la publicación de un texto sobre el ateísmo de Estado, varias representaciones teatrales, la creación de un sitio en Internet y la publicación de varios artículos de prensa. Asimismo, hay en preparación otros encuentros en diversos lugares, entre los cuales está Madrid.