Czerny pide en Sudán del Sur «orar y trabajar duro por unas elecciones no violentas»
El prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral viaja al país africano para conmemorar el primer aniversario de la visita del Papa, «en un momento crítico en la vida política»
«Saludos y bendiciones del Papa Francisco», dijo el cardenal Michael Czerny al comenzar su homilía el pasado domingo en la catedral de Yuba, en Sudán del Sur. El prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral se encuentra de visita en el país africano hasta el 9 de febrero para conmemorar el primer aniversario del viaje del Papa Francisco.
«Estoy deseando reconocer y aumentar la fecundidad de ese viaje», reconoció el purpurado checo, quien recordó el llamamiento del Santo Padre el año pasado a los líderes sudaneses a «garantizar la prestación de servicios sociales básicos», y a «poner fin a la violencia comunitaria generalizada». En esta línea Czerny pidió asimismo «respetar la dignidad y los derechos humanos de las poblaciones vulnerables, especialmente los repatriados y refugiados, los desplazados internos, los niños, las personas con discapacidad y los ancianos».
Junto a ello, reconoció que en la actualidad «hay muchos esfuerzos para implementar la paz y la reconciliación en este país», a cargo «del Gobierno, otros actores políticos, la Iglesia, la sociedad civil y la comunidad local e internacional». «Todos, cada uno a su manera, deseamos, oramos y luchamos por la paz», añadió. Porque todos «estamos llamados a tender la mano a los necesitados y ayudarlos a levantarse, a salir de su sufrimiento y liberarlos para servir a otros necesitados. Esto es lo que tenemos que hacer para vivir en paz unos con otros».
Czerny señaló asimismo que Sudán del Sur vive hoy «un momento crítico en la vida política» por la proximidad de las elecciones generales, unos comicios previstos para el año 2015 pero continuamente atrasados por las tensiones internas. «Orad y trabajad duro para garantizar que no sean violentas», pidió; sino que por el contrario sean «justas, transparentes, creíbles y pacíficas».
Para lograrlo, destacó que «hay que preparar las mentes y los corazones para una posible transición». Una transferencia pacífica del poder «no solo indica una situación política madura, sino también asegura la buena gobernanza y el desarrollo integral». Por tanto, reclamó «fidelidad» al acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y las guerrillas en agosto de 2020, pues es el único modo de asegurar «que nunca más haya derramamiento de sangre, y que nunca más los sursudaneses tengan miedo en su propio país o tengan que buscar refugio en otros lugares debido a la violencia».