Cura tiktokero: «No quiero cambiar la cultura digital, sino adaptarme»
Heriberto García acaba de presentar en Madrid un libro entrevista donde explica cómo ser un misionero digital. Solamente en TikTok ya tiene dos millones de seguidores
El padre Heriberto García tiene casi dos millones de seguidores de TikTok y sus vídeos suelen moverse entre las 20.000 y los varios cientos de miles de visualizaciones. A pesar de ello, él solo pasa poco más de 15 minutos al día en redes sociales para que internet no le robe la atención. «A veces respondo a los comentarios entre clase y clase», pues está completando sus estudios en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma. «Pero cuando grabo son los domingos», cuenta a Alfa y Omega. Iluminado por una ventana de su cuarto que ya tiene muy estudiada, «voy leyendo el Evangelio y apuntando las reflexiones que me vienen». Luego, las programa a las cuatro de la mañana para que empiecen a recorrer la red mientras él duerme.
Este sacerdote mexicano acaba de presentar en el Instituto Teológico de Vida Religiosa Hablando con Heriberto García Arias. Confesiones de un sacerdote digital, un libro entrevista con el claretiano español Gonzalo Fernández Sanz, donde explica las dificultades y sus logros tratando de llevar a Jesucristo a los más jóvenes. En su opinión, solo «se necesitan dos cosas: primero tomar la palabra de Dios y después coraje». Explica que «el éxito en las redes sociales y las reproducciones dependen del algoritmo y de lo que se ponga de moda», por lo que, aunque las cifras sirvan como brújula para llegar a más gente, no se obsesiona. «¿Cómo podría medir en una homilía si las personas se están convirtiendo o no? Eso está en la conciencia de cada uno y en sus luchas constantes», compara. A su juicio, lo verdaderamente indispensable es que el contenido «sea bello y tomar el Evangelio, no inventarse cosas, porque Cristo es el de siempre aunque esté en los medios de hoy».
Con cada vez una difusión mayor y mucha curiosidad por parte de quienes le ven por su entrega al sacerdocio con apenas 36 años, Heriberto García es consciente de que sus palabras se pueden retorcer para ser utilizadas ideológicamente. «Hay muchísimos riesgos y ahora, con la inteligencia artificial, a raíz de un vídeo tuyo pueden hacer lo que sea». Con todo, está convencido de que «nos la tenemos que jugar, no nos podemos detener, vamos a encontrar a la gente». Ya ha tenido experiencia con haters, algunos alejados de la Iglesia y otros cercanos aunque sea solo en apariencia, que han criticado su labor. «Pero si hubiera sabido que lo iban a hacer antes de empezar, ¿qué habría cambiado? Yo lo hago con ingenuidad y con el deseo de hacer el bien», recalca.
El sacerdote explica que la misión digital que realiza tiene mucho de siembra, especialmente en redes tan volátiles como TikTok. «Según las estadísticas, la mayoría de vídeos después de tres o cuatro segundos comienzan a bajar en reproducciones». Es algo que podría desanimar a cualquiera, «pero algunos funcionan». Entonces «miro por qué la gente los vio más; esto es prueba y error». No lo achaca a la suerte sino a «la constancia». «Es seguir, luchar, aprender e ir retroalimentándote para hacer mejor los siguientes». Considera que, como él, «las empresas e instituciones están buscando cómo hackear el algoritmo para tener más visualizaciones». Con una diferencia, que en vez de buscar el dinero, su prioridad es «que llegue el mensaje».
Preguntado sobre si los vertiginosos ritmos de las redes dificultan a los jóvenes la reflexión, el padre Heriberto explica que «mi filosofía no es cambiar la cultura digital sino adaptar el mensaje a ella». De media, los usuarios de TikTok pasan 52 minutos al día en la plataforma y, como los vídeos más virales rondan los 30 segundos, es fácil caer en una espiral infinita de scroll. «Podría decirles que vean mis homilías de diez minutos, pero si lo que funcionan son los vídeos de un minuto, entonces las corto en trozos para que lleguen», detalla.
Advierte asimismo sobre el riesgo de «avejentarnos» a la espera de un profundo cambio de paradigma en vez de torear las circunstancias. «No voy a satanizar TikTok porque hay a quien le puede ayudar, hay más de 800 millones de usuarios que se merecen encontrarse a Cristo y hay que ponerlo allí, que se vuelva viral y que Dios haga lo demás».
Heriberto García Arias
Publicaciones Claretianas
2024
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