Cuba opta por la tortura low cost para debilitar a los presos políticos - Alfa y Omega

Cuba opta por la tortura low cost para debilitar a los presos políticos

Alexander Rodríguez sufrió once tipos de torturas «que no dejan pruebas» durante su estancia en la cárcel. Un reciente informe, que coincide con la petición del Papa de oración por estas víctimas, denuncia que es una práctica habitual

María Martínez López
El informe incluye casos de 26 jóvenes detenidos en 2021 con 21 años o menos. Cuatro eran menores de edad. Foto: CNS.

«Salí casi muerto de prisión», confiesa a Alfa y Omega el disidente cubano Alexander Rodríguez Cárdenas desde Alemania. Lo detuvieron por participar en las protestas masivas del 11 de julio de 2021. En la cárcel soportó palizas, amenazas e insultos. Quisieron obligarlo a realizar trabajos forzados y, al negarse, fue trasladado a una celda de castigo. También fue privado de atención médica. Los once tipos de torturas que sufrió se recogen en el primer informe integral sobre estas en Cuba, presentado la semana pasada. En él, la entidad Prisoners Defenders desvela cómo el régimen las aplica sistemáticamente a los presos políticos. En una encuesta sobre sus condiciones de vida recabaron testimonios de 181 de los 1.277 actuales. Todos habían sufrido alguna forma de maltrato considerada tortura por organismos internacionales. El 80 % más de cinco. Las más frecuentes son negarles la comunicación con familiares y abogados, tratos humillantes, privación de atención médica, agresiones físicas y confinamiento. Otros métodos son las shakiras, inmovilizarlos en posturas incómodas hasta que sufren espasmos. O meterlos en la patrulla horno, en un coche al sol y sin agua durante horas.

Normalmente se opta por métodos sencillos que pueden aplicarse de forma generalizada y minan a la persona «sin dejar demasiadas pruebas». Las formas más extremas, explica el presidente de la entidad, Javier Larrondo, se aplican en pocos casos. El más grave es el de José Daniel Ferrer, que lleva «dos años incomunicado, sometido a una vibración constante a baja frecuencia» que le ha causado daños neurológicos, «y con una bombilla encendida todo el día». Prisoners Defenders ha entregado este informe a la ONU con la esperanza de que tenga impacto legal. Además, su presidente ha anunciado que quieren hacer comparecer al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en la Eurocámara. «No puede ser que viajara a Cuba hace dos semanas, sabiendo que las personas están siendo torturadas», y no quisiera recibir a disidentes.

José Daniel Ferrer sufre secuelas como parálisis temporal en las manos. Foto Ana Belkis Ferrer. A la derecha: Alexander Rodríguez perdió 30 kilos en sus nueve meses en prisión. Foto cedida por Alexander Rodríguez.

Esta actitud contrasta con la del Papa Francisco, que en el mes de junio ha pedido que se rece por las víctimas de tortura. Para Larrondo es una buena noticia, que se suma al mensaje que hizo llegar el Santo Padre a Cuba en febrero a través del cardenal Beniamino Stella. Al viajar a la isla para conmemorar los 25 años de la visita de san Juan Pablo II, pidió que se liberara a los presos políticos. Es «un rayo de esperanza» para los católicos, en contraste con el silencio de la jerarquía local en el pasado. Especialmente para los sacerdotes que acompañan a los presos y a sus familias, que sufren por un lado la represión del régimen y por otro la «presión» de sus obispos. Es frecuente, por ejemplo, que las autoridades «se quejen de ellos a sus superiores», y para que los controlen «digan que, si no, no les autorizan obras necesarias en las diócesis». Entre estos sacerdotes está Castor Álvarez, de Camagüey. «Algunos curas hemos decidido decir la verdad, denunciando y acompañando a las personas maltratadas por razones políticas», explica. Por un lado, sus familias necesitan ayuda material, ya que el régimen hace que los echen del trabajo y de sus viviendas. Además, Álvarez explica que «un grupo de religiosos está atendiendo a quienes buscan asesoramiento legal para sus familiares presos». También él ve un cambio, tanto en el Vaticano como entre sus compañeros. En 2018, él y otros dos sacerdotes escribieron a Raúl Castro pidiendo elecciones libres. «Ahora somos muchos más», pues algunos que entonces apoyaron en silencio «han empezado a hablar también».

Después del 11J
  • Tras el momento de esperanza que supuso el 11J, la «brutal represión» ha causado mucho desánimo, asegura el sacerdote Alberto Reyes.
  • Han vuelto los «actos de repudio: una turba se junta delante de tu casa insultándote». Reyes los ha sufrido por su compromiso.
  • 394 mil cubanos han pedido entrar legalmente en EE. UU. desde enero patrocinados por parientes.
  • «De 20 jóvenes que había en mi parroquia, ya solo quedan dos», afirma Reyes. «Para mucha gente no hay futuro en Cuba».
  • Los alimentos cada vez escasean más y están más caros. A ello se suma la falta de medicamentos. Las parroquias sustituyen a las farmacias.
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