«Cuando la ayuda es ordenada, la distribución es más justa» - Alfa y Omega

«Cuando la ayuda es ordenada, la distribución es más justa»

La Iglesia de Madrid se ha coordinado con las autoridades civiles para sostener sine die a los afectados por las inundaciones

José Calderero de Aldecoa
Los tricantinos han recogido 340 toneladas de ayuda para Valencia
Los tricantinos han recogido 340 toneladas de ayuda para Valencia. Foto cedida por Luis Melchor Sánchez.

Antes de ser nombrado delegado de Cáritas Diocesana de Madrid, Javier Ojeda ejerció durante 13 años como director de la Fundación Proclade, de los misioneros claretianos. La entidad trabaja en 20 países diferentes en proyectos de cooperación al desarrollo, ayuda humanitaria, acción social y educación. «He participado en emergencias como el tsunami de la India», en 2004, «o el paso del huracán Mitch en Honduras», en 1998. Pero «nunca te imaginas que algo de tal envergadura pueda suceder a pocos kilómetros de tu casa. Ha sido dramáticamente sorpresivo».

Inmediatamente después de mostrar su estupor, Ojeda no pierde la oportunidad de expresar «nuestra cercanía» y asegurar sus oraciones «al Dios de la vida para que acoja a los fallecidos y dé fortaleza a sus familiares y al resto de afectados». Junto con la plegaria, el delegado pide a los fieles que «esa oración se haga compromiso» y «que sigamos ayudando en lo que podamos». Un mensaje similar al del cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, que escribió a su homólogo de Valencia, Enrique Benavent, para ofrecer «nuestra oración por vosotros, por vuestras comunidades y por cuantos sufren en estos momentos», además de la ayuda que sea necesaria para asistir a los damnificados.

El ofrecimiento de Ojeda y Cobo se ha materializado en una campaña destinada a canalizar la solidaridad de la sociedad madrileña, con el fin de apoyar a las Cáritas de Valencia y Albacete en su labor de asistencia a las personas afectadas. «Sobre todo lo que pedimos es dinero» porque «entendemos que es lo que nos va a permitir sostener las ayudas en el tiempo», explica el delegado. «Ahora estamos viviendo días muy dramáticos y la gente está ayudando mucho, pero hay que tener en cuenta que los afectados van a necesitar ayuda durante muchos meses».

La campaña lleva activa una semana y todavía no se han podido recopilar los datos, «pero desde Administración nos han informado esta misma mañana de que gracias a Dios está habiendo un gran flujo de generosidad y donaciones», tanto de personas concretas como de empresas.

Además de la ayuda económica, la Iglesia de Madrid también se ha afanado en recoger productos de primera necesidad. «Hay varias parroquias involucradas en este proceso», agradece Ojeda. «Lo único que pedimos es que este tipo de iniciativas se haga en coordinación con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid», subraya. De lo contrario, «se puede contribuir a un caos que resta eficacia a la labor solidaria. Fíjate en los atascos que se han formado para acceder con ayuda a las poblaciones afectadas», concluye el delegado de Cáritas Diocesana de Madrid.

Así ha ocurrido en Tres Cantos, donde las parroquias de Santa Teresa de Jesús, Santa María Madre de Dios y San Pablo VI se han sumado a la gran recogida de material para los afectados por la riada organizada desde el Ayuntamiento de la localidad. «Entre todos los tricantinos hemos recolectado 340 toneladas de ayuda», detalla Luis Melchor Sánchez, párroco de uno de los templos del municipio, que cree que «cuando la ayuda es ordenada, se logra que la distribución sea más justa».

Más allá de la recopilación material, el sacerdote organizó el 2 de noviembre una vigilia y adoración por todos los difuntos. «Y también hemos montado una colecta, con la que hemos sacado 8.000 euros, pensando en que no solo se necesita ayuda urgente, sino también a medio y largo plazo», explica Sánchez, que ante la respuesta de la gente no ha podido evitar pensar en los que dicen que la sociedad está muy mal. «Ciertamente hay cosas que corregir, pero está quedando demostrado que el corazón del hombre está bien diseñado», subraya. Y añade: «Cuando hay sufrimiento, la gente siempre se pregunta: “¿Y yo qué puedo hacer?”», concluye el sacerdote, que este viernes saldrá en dirección a Valencia acompañado por un grupo de jóvenes de su parroquia.