Cuando el criterio se anula porque algo «está de moda»

Está de moda. Con una frase tan inservible como representativa de la vacuidad que oprime a muchos de nuestros adolescentes, el botellón de Don Simón y refresco de cola barato ha dado paso a una bebida con un color similar al paracetamol que toman los niños cuando tienen fiebre. Se llama purple drank o lean, se hace con gominolas, Sprite y jarabe de la tos, y cuando se toma «he sentido que paso por diferentes fases; de estar aplatanado a estar muy activo. Es una mezcla de las dos, se te va la cabeza», como relata David a este semanario. No echa para atrás, asegura el joven. No te tienes que pinchar ni esnifar. Y, además, muchos de sus grandes ídolos de la música trap muestran dicho cóctel en sus videoclips o en sus redes sociales. Según el Ministerio de Sanidad, con datos de su último informe sobre el consumo de drogas en alumnos de la enseñanza secundaria, uno de cada cinco menores afirma haber consumido medicamentos como forma de ocio. Los referentes de nuestros hijos están animándolos a drogarse con medicamentos. «Es como un jarabe como los que tomabas de pequeño», cree, erróneamente David. Algunos de los componentes de estos botellones tóxicos alteran el funcionamiento del sistema nervioso central. No solo pueden intoxicarse, sino que sumados los efectos secundarios a la mezcla de alcohol, el efecto puede ser mortal.

Además, no es difícil dar con los ingredientes. Ya no hay que ir a una esquina de un barrio deprimido o trapichear con el camello de turno. Basta con abrir el cajón del baño o apuntarse a un canal de Telegram donde personas sin escrúpulos revenden lo que un médico les recetó y la Seguridad Social pagó con los impuestos de todos los españoles. El pasado viernes Fomento de Centros de Enseñanza cumplía 60 años y los padres de los colegios aseguraban, orgullosos, que esta educación ofrecía valores y proyectos de vida. Es urgente que, como ellos, haya padres preocupados por sus hijos.