Cuando Bergoglio se molestaba porque los obispos brasileños hablaran «de la Amazonia»
El libro TerraFutura. Diálogos con el Papa Francisco sobre la ecología integral cuenta la conversión ecológica del Papa
Un Papa, como Francisco, que como cardenal no entendía «la fuerza con la que los obispos brasileños hablaban de los grandes problemas de la Amazonia» en la conferencia de Aparecida, ni qué tenía que ver su papel de obispo con «la salud del pulmón verde del mundo». Y un agnóstico, excomunista y gastrónomo, como Carlo Petrini, fundador de Slow food. Ambos unidos por raíces piamontesas comunes. De sus encuentros nació TerraFutura. Diálogos con el Papa Francisco sobre la ecología integral, un libro que saldrá a la luz el 9 de septiembre y que Petrini, también promotor de la red internacional de ecologistas Terra Madre, publica con Giunti-Slow Food Editore.
El primer encuentro entre ambos surgió con la intermediación del obispo de Rieti Domenico Pompili, amigo de Petrini con quien creó las Comunidades Laudato si para «dar piernas» a lo que Francisco propone en su encíclica. El prelado es precisamente quien escribe el prefacio de la obra en el que asegura que los autores «se interesan por la tierra y su futuro» y que de la confrontación de ambos conceptos surgen los caminos «para una ecología que deje de ser una bandera y se convierta en una elección».
Un poder extraordinario
TerraFutura comienza con el diálogo del 30 de mayo de 2018, tres años después de la publicación de la Laudato si. Carlin —como se conoce a Petrini— describe el «poder extraordinario» de la encíclica, de la que asegura que «cambió el escenario del discurso ecológico y social». El Pontífice, por su parte, habla de cómo surgió el documento y subraya que es el fruto del trabajo de muchas personas, científicos, teólogos y filósofos, que «me ayudaron mucho a aclarar», y que con su material trabajaron «en la composición final del texto».
Asimismo, asegura que la ministra francesa de Medio Ambiente, Ségòlene Royal, fue la que en 2014 le hizo darse cuenta de la importancia del documento. Hasta entonces, confiesa el Papa Francisco a Petrini, «no sabía que causaría tanto revuelo. Allí me di cuenta de que la expectativa crecía y que se esperaba una voz fuerte en esta dirección. Luego fue bien. Después de su lanzamiento, vi que la mayoría de la gente, de los que se preocupan por el bien de la humanidad, lo leyeron y lo apreciaron, lo usaron, lo comentaron, lo citaron. Creo que fue casi universalmente aceptado».
La conversión ecológica de Bergoglio
Durante la conversación, Carlin le pide al Santo Padre confirmación del hecho de que su atención a las cuestiones ambientales «ha madurado con el tiempo» y Francisco confiesa que «fue un largo proceso», iniciado en 2007 en Aparecida (Brasil), donde ejerció de presidente de la Comisión para la Redacción del Documento Final de la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
Bergoglio recuerda bien «haber sentido molestia» por la actitud de los obispos brasileños que, en cada ocasión, «hablaban de los grandes problemas de la Amazonia», de sus «implicaciones ambientales y sociales». Él «no comprendía esta urgencia e insistencia». Sin embargo, «hubo continuas solicitudes, también de colombianos y ecuatorianos, para incluir estos temas en el documento final». Desde entonces, comenta el Pontífice, «ha pasado mucho tiempo, y he cambiado completamente la percepción del problema ambiental. Al principio yo tampoco entendía estos temas. Luego, cuando empecé a estudiar y me quité el velo. Creo que es correcto dar a todos tiempo para entender. Al mismo tiempo, sin embargo, también debemos apresurarnos a cambiar nuestros paradigmas si queremos tener un futuro».