«Creo que dirán de mí: “Es un buen hombre, ¿¡pero arzobispo de Milán!?”»
Tras un Pontífice y varios cardenales papables, Milán tendrá como nuevo arzobispo a «un cura» que viene «a hablarles de Dios» a los milaneses. Se llama Mario Delpini
Mario Delpini, hasta ahora vicario general de la diócesis de mayor tamaño del mundo, será el primer cura en ser nombrado arzobispo de Milán en 50 años. Este mes cumplirá los 66 años.
El Papa aceptó este viernes la renuncia del cardenal Angelo Scola, presentada en noviembre, poniendo fin a los rumores sobre su sucesor. El purpurado seguirá al frente de la diócesis ambrosiana hasta el 24 de septiembre, fecha de la toma de posesión de Delpini.
Scola ensalzó la figura de su sucesor, de quien dijo que «se ha ocupado de cuestiones delicadas, de cuya importancia a menudo la mayoría no se entera», destacando de él que es un hombre de oración y diálogo, extremadamente sobrio en su estilo de vida y muy cercano a los sacerdotes.
Tomó entonces la palabra el arzobispo electo, quien comenzó declarándose «inadecuado» para esta misión. «Toda mi vida he estado aquí, no seré una sorpresa. Creo que los que me conocen dirán: “Sí, es un buen hombre, pero ¿arzobispo de Milán? ¡No sé si estará a la altura!».
«Si recuerdo la biografía de mis predecesores me siento un poco abrumado», añadió aludiendo a Carlo Maria Martini (1979-2002), a Dionigi Tettamanzi (2002-2011) y al propio Scola, todos ellos cardenales considerados en su día con muy serias opciones de convertirse en papas. Otro ilustre arzobispo de Milán fue Giovanni Battista Montini (1954-1963), futuro Pablo VI. Otro arzobispo de Milán fue Papa en el siglo XX: Achille Ratti (1921-1922), quien tomó el nombre de Pío XI.
Al responder a preguntas de la prensa, sobre su proyecto pastoral solo pudo concretar que, ya al elegirle a él, el Papa «quiere aconsejar una continuidad con los predecesores y con el cardenal Scola». Por lo demás, escuchará «a todos, a los que estén de acuerdo y a los que no lo estén, para no tomar decisiones precipitadas. E iremos aprendiendo el oficio».
Preguntado sobre los desafíos en la diócesis, dijo: «Yo soy un cura, por lo que el mensaje que puedo dar a la ciudad es el de acordarse de Dios, buscar a Dios». Y parafraseando al Papa durante su visita a Milán, añadió: «Vengo como un sacerdote» a «hablarles de Dios y del Evangelio de Jesús».