Convertida y casada a la fuerza - Alfa y Omega

Convertida y casada a la fuerza

Maira Shahbaz, de 14 años, ha pedido asilo en el Reino Unido para escapar de Pakistán por las amenazas de muerte por haber huido de su secuestrador

María Martínez López
Niñas obligadas a casarse en Pakistán
Desde que escapó, Maira y su familia viven escondidos por las constantes amenazas de muerte. Foto: Cedida por Maira Shahbaz

«Me llamo Maira. Hace seis meses me secuestraron y me obligaron a convertirme al islam y a casarme». Así comenzaba el vídeo con el que Maira Shahbaz, una chica pakistaní de 14 años narraba hace semanas la pesadilla de los últimos meses.

El 28 de abril tres hombres armados la empujaron a un coche, a plena luz del día y delante de su casa, cerca de Faisalabad (Pakistán). La entregaron a un musulmán llamado Nakash. «Abusaron gravemente de mí, me chantajearon» con las grabaciones de repetidas violaciones «y me amenazaron con matarme a mí y a mi familia si no cumplía sus deseos». El 4 de agosto, el Alto Tribunal de Lahore dio la razón a su marido. Dos semanas después, logró escapar y denunciar lo sufrido ante la Policía.

Ayuda a la Iglesia Necesitada – Reino Unido, para quien envió este mensaje, ha logrado ya 12.000 firmas para pedir al Gobierno británico que les conceda asilo a ella y su familia. Sin embargo, aunque lo logren, el problema no desaparecerá. «Rezo por Farah Shaheen, Huma Younus y Arzoo Raja», citaba la muchacha, recordando a otras menores de minorías que han sufrido lo mismo.

Se estima que hasta ahora eran unas 700 al año. Pero el portavoz de la fundación pontificia en Reino Unido, John Pontifex, alerta de que «este año ha aumentado significativamente la preocupación por el ritmo al que se están produciendo estos secuestros» de chicas cristianas e hindúes, y por la inacción de las autoridades de Pakistán. A pesar de que muchas familias no lo denuncian por miedo y es difícil estimar los datos reales y demostrar este crecimiento, «casi cada día» llegan noticias de nuevos casos. Un drama que se suma al aumento de la violencia en Nigeria y el resto del Sahel, a la inseguridad que los sigue empujando a huir de Irak y al gran abanico de formas de persecución que siguen sufriendo más de 300 millones de cristianos en todo el mundo según Puertas Abiertas.