Converso llega a Túnez. «Esto es del Espíritu Santo», afirma una de sus protagonistas
Pilar Aramburu, madre de David Arratibel, recogió en nombre de su hijo el premio ¡Qué bello es vivir! de CinemaNet. Durante la gala, contó que el documental ha permitido a muchas familias, empezando por la suya, abordar en una conversación sincera la cuestión de la fe
«Soy solo una madre de familia jubilada, y estoy abrumada». Pilar Aramburu, madre del cineasta David Arratibel, se presentaba así al recoger en nombre de su hijo el premio ¡Qué bello es vivir!, de CinemaNet.
El autor de Converso no pudo asistir el día 9 de abril a la gala de esta asociación que promueve los valores en el cine porque se encuentra en Túnez. El motivo de su visita a este país musulmán era presentar la cinta, en la que aborda la conversión al catolicismo de todos los miembros de su familia, salvo él. Hace poco, hizo lo propio en Buenos Aires.
«Estamos asustados –reconoció Aramburu– de las cosas que están pasando. David, que es agnóstico, ha recibido por esta película premios de agnósticos, de asociaciones de ateos, un Premio Feroz [de la Asociación de Informadores Cinematográficos de España]… Un día me mandó una foto delante de la Conferencia Episcopal», cuando recogió el Premio ¡Bravo!
El mismo Arratibel «está aturdido –explicó su madre–. Dice “Pero, ¿qué ha pasado aquí?”. Y yo le digo: “Hijo, esto no es nuestro, esto es que ha pasado otra cosa que no controlamos. Es del Espíritu Santo, porque nosotros, ¿de qué?”».
«María va a Misa todos los días»
Este asombro del cineasta es parecido al que le fue embargando a medida que su madre, su hermana, su cuñado, su hermana pequeña… iban abrazando el catolicismo. «De repente nosotros, unos rojeras, comprometidos de otra manera, íbamos a Misa. Un día –recuerdó Aramburu– David me dijo: “Dime si es verdad, que un amigo me ha dicho que María va a Misa todos los días”. No entendía qué pasaba». Pero, para ella, esto era también obra del Espíritu. «De vez en cuando, de modo inmerecido, pasan estos milagros».
Sin embargo, lo que más subrayó la madre del cineasta es lo que la película ha supuesto para la familia. En su casa, reconoció, las conversaciones sobre la fe suscitaban tensión. «Ocurre en muchas familias: hablamos de lo fácil, y llega el día de Navidad u otra fiesta y sabemos que no se puede hablar de muchas cosas. Y tenemos que hablar de ellas».
«¿Por qué no hablamos de esto?»
Este bloqueo se rompió gracias a la decisión del cineasta de hacer un documental. Fue «la magia del cine, de este lenguaje maravilloso, permitió que nos saliera la verdad precisamente cuando nos colocaron una cámara delante», narró Aramburu.
Ella está convencida de que parte de la buena acogida de la cinta es que «ha suscitado la ocasión de que muchas personas digan: “¿Y por qué no hablamos de esto en casa?”».
También para Juan Orellana, crítico de cine de Alfa y Omega, esta es una de las grandes cualidades de Converso. Al presentar la película durante la gala de CinemaNet, subrayó que en primer lugar el título hace alusión a la conversación, no a la conversión.
«Es –explicó– el retrato de unas conversaciones que, por ser verdaderas y auténticas, humanizan a los que las tienen y además son un camino para buscar la verdad. En un momento en el que la palabra ha perdido su valor, esta película reivindica la conversación verdadera, de persona a persona, como vehículo para buscar la verdad juntos».
Premio Personaje a Red de libertad
Durante la gala del día 9, CinemaNet entregó también el Premio Personaje a sor Helena Studler, la hija de la Caridad en la que se basa la película Red de libertad, de Pablo Moreno. Su protagonista, Assumpta Serna, que dio vida a la religiosa, afirmó que durante esta proyecto ha «descubierto que la religión no es un saco, sino un conjunto de personas muy diversas».
Dentro de este descubrimiento, está la congregación de las Hijas de la Caridad. Comunidades que, todavía hoy, «hacen cada día la vida más agradable a muchas personas que sufren, con ese empuje» que las lleva sobre todo a «quienes lo necesitan».
Junto a estas dos películas, también fueron galardonadas La librería, con otro Premio Personaje –en este caso a una figura de ficción–; y Lo que de verdad importa y Wonder –premios ¡Qué bello es vivir!–. Asimismo, el sacerdote y filósofo Alfonso López Quintas recibió un premio en homenaje a toda su carrera, en la que ha jugado un importante papel el ayudar a los demás a acercarse a las películas con una mirada profunda.