Inspirada en el multipremiado filme Conversaciones con mamá (2004), sexta película del difunto realizador argentino Santiago Carlos Oves, protagonizada por la veterana actriz uruguaya China Zorrilla y el actor argentino Eduardo Blanco, y adaptada al teatro por el dramaturgo español Jordi Galcerán (El método Grönholm, 2003) —que dos años después llevaría al cine el director argentino Marcelo Piñeyro con el título El método—, el camaleónico actor español doblemente ganador del Premio Goya, Juan Echanove (Divinas palabras, 1987; Madregilda, 1993), dirige y protagoniza la versión teatral, Conversaciones con mamá, junto a la laureada actriz española María Galiana, que también recibió un Premio Goya por su trabajo en Solas (1999).
No es la primera vez que el polifacético Juan Echanove mete mano a la dirección teatral. El productor Jesús Cimarro y Jordi González le ofrecieron dirigir en 2006 Visitando al Sr. Green, obra del dramaturgo americano Jeff Baron, protagonizada por Juan José Otegui y Pere Ponce, en la que un viejo maniático recibía las visitas de un joven y atribulado broker neoyorkino, en las que la risa y la emoción se fundían en un instante teatral perfecto, y que supuso su debut en el oficio. Además, Echanove dirigió para televisión varios capítulos de la serie española Turno de Oficio (Antonio Mercero, 1986-1987) en la que participaba como actor.
Basten estos apoyos histórico-documentales para situar al espectador en el contexto, y para confirmar el buen material de partida con el que Juan Echanove afronta su segundo trabajo fuera de las tablas, al poner en escena Conversaciones con mamá, pieza más tierna, más bonita y más mediterránea que el filme, a saber, una excelente muestra sobre el combate dialéctico que mantienen una sabia madre anciana y su hijo de edad madura en los actuales tiempos de crisis.
Mamá tiene ochenta y dos años. Para ella la sociedad de consumo no ha existido, sólo compra lo que puede permitirse y disfruta con las pequeñas cosas, es decir, sobrelleva su vejez con dignidad. Es una mujer vital y optimista. Sin embargo, su ingenuo, pusilánime y manipulable hijo Jaime, de cincuenta años, tiene mujer, Laura, dos hijos, Julieta y Pablo, una hermosa casa, dos coches, una suegra que atender y una considerable hipoteca. Ambos viven en mundos muy diferentes. Pero un día ocurre lo inesperado: la empresa para la que trabaja Jaime lo deja en la calle por razones de reajuste de personal. La lamentable situación lo lleva a tomar decisiones drásticas porque no puede mantener su tren de vida. Entonces busca auxilio en su madre. Alucinante encuentro entre dos de las mejores figuras del panorama actual teatral madrileño, en el que Echanove confirma su talento y capacidad para la dirección de escena. Ha sabido recoger, con estilo y elegancia, las esencias dramáticas de Galcerán, y ha ido tejiendo con sutileza una preciosa y preciosista relación materno-filial con una sensibilidad apabullante -dejando al margen algunas tropelías lingüísticas en sus diálogos, justificadas por el contexto- en las que ha sabido ponderar las réplicas dramáticas de cada uno de los dos actores, perfectamente dibujados desde el arranque del conjunto. En este sentido, Echanove empatiza enseguida con el espectador, al que le hace sentir vivo en una historia que tiene que ver mucho con la realidad. Sí, son dos mundos que chocan necesariamente, pero lo hacen siempre desde el humor y sin caer en el estereotipo o la lágrima barata.
Conversaciones con mamá no es una comedia dramática al uso. Es el feliz resultado natural que se produce cuando dos seres se quieren. Cuando una madre lo da todo por su hijo y su hijo todo por su madre. Y para ello, los dos actores se apoyan en la comedia cuando han de relatar situaciones no muy halagüeñas. Esta habilidad del Echanove director sí que representa un oasis argumental, puesto que hubiera sido más fácil destapar algo de humor negro en lugar de dotarle al espectáculo —como ha hecho— de un tono familiar en el que madres e hijos podrían verse reflejados.
Estructurada en dos partes, Conversaciones con mamá pone el acento, primero, en el conflicto entre personajes, en describir con suficiencia —y a veces con hondura dramática— a aquellos personajes que se citan pero que no aparecen en la escena, en darles vida del todo, porque sin esas buenas trazas esta versión de Echanove se hubiera quedado coja. Una mirada, pues, muy optimista. En la segunda, Echanove continúa en su línea de sutil elegancia artística y deja entrever un inequívoco modo de trascender, lo cual es bien arriesgado —incluso osado— en estos tiempos tan trufados de tibieza.
En el apartado técnico, el galardonado actor madrileño domina el tempo dramático, equilibra las dosis de drama y comedia, y resulta muy propia la luminosa puesta en escena y la modesta escenografía de aspecto clásico, así como el acertado uso del espacio musical, sin el cual muchas escenas no gozarían de tanto lustre. Por último, Conversaciones con mamá se completa, como ya se había apuntado, con la soberbia interpretativa de dos estrellas televisivas, María Galiana —¡adorable!— y el mismo Juan Echanove —¡espléndido!—. Probablemente, en uno de sus mejores trabajos individualmente. No se sabe si hechos la una para el otro o el otro para la una —ella ya hizo de su madre en tres ocasiones— pero la química entre ambos en este montaje —en el que participan juntos por primera vez— es inevitable. Funcionan como una máquina perfectamente engrasada y consiguen lo más difícil: tocar el corazón del espectador, que ríe, llora, vibra, se emociona, y tras la función podría ir alguno a su casa a darle un abrazo a su madre para valorarla más, para no desperdiciar un minuto sin su ausencia, para que no nos quedemos con la insatisfacción de pensar que no le dijimos todo lo que debíamos. O que la queríamos.
En fin, una gran propuesta teatral —que se desarrolla en algo más de hora y media de duración sin interrupción— conseguida gracias a dos actores que se adoran, que son siempre garantía de éxito, y a un director de escena al que a partir de ahora habría que seguirle la pista.
★★★★☆
Calle Marqués de Casa Riera, 2
Banco de España
OBRA FINALIZADA