La CONFER anima a las congregaciones religiosas a trabajar conjuntamente «con más intensidad»
La Presidencia de esta entidad hace público su tradicional mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. El tema de este año es la sinodalidad
El presidente y la vicepresidenta de la CONFER, el dominico Jesús Díaz Sariego y la oblata Lourdes Perramon respectivamente, animan a las congregaciones religiosas a trabajar juntas «con más hondura e intensidad, como signo de nuestro compromiso sinodal en favor de la Iglesia y el mundo al que servimos».
Así lo manifiesta en su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que se celebra el próximo 2 de febrero, y que centran en la implicaciones del camino sinodal. Citan tres: la experiencia de comunión con toda la Iglesia, la experiencia de participación comunitaria y la experiencia de misión compartida.
«La participación comunitaria es un signo sinodal precioso que las personas consagradas ya tenemos. Nuestra forma participativa de gobernarnos, de contar con las hermanas y hermanos de la propia comunidad y congregación son un valor inestimable que puede redundar en beneficio de toda la Iglesia», explican.
Del mismo modo, reconocen la entrega y el compromiso de los religiosos y las religiosas con los más pobres y vulnerables, así como con aquellos que tienen heridas relacionadas con situaciones personales, laborales, familiares, sociales, existenciales… También en los lugares «donde germinan la cultura, las costumbres y, sobre todo, los valores humanos».
Tras explicar que todo esto se ha realizado en la misión compartida y en el camino con otras familias carismáticas, añaden que no hay que olvidar «tender puentes con aquellas instituciones o grupos no eclesiales que persiguen el bien común de la persona y su adecuado desarrollo y bienestar». «Ahí todos podemos encontrarnos y hacer así de la sinodalidad una experiencia que traspase los muros de la Iglesia», subrayan.
«Enriquecen el pueblo de Dios»
Recogiendo uno de los objetivos de la jornada –valorar el testimonio de la vida consagrada–, señalan que «desde CONFER podemos constatar cómo las personas consagradas enriquecen al pueblo de Dios no solo por los servicios que ofrecen, sino por los ideales de vida que persiguen».
Y concluyen: «Se nos invita a seguir mirando el futuro con esperanza, contando para ello no solo con la fidelidad manifiesta de Dios y la fuerza de su gracia, sino con la suma sinodal de nuestras riquezas, siendo luz allí donde la vida consagrada está presente. ¡No solamente tenemos una gran historia para recordar y contar, sino una gran historia que construir».