Como quieras - Alfa y Omega

Ocurrió en Santander. Hace 75 años. Un grupo de jóvenes se reunió en torno a un santo sacerdote, don Doroteo Hernández Vera, que, en tiempos duros y muy difíciles –había estallado la Guerra Civil española y la persecución religiosa se hacía notar–, se embarcaron en una aventura gloriosa, porque en ella Dios era el capitán de sus vidas, y el amor a Dios y a los prójimos era el motor que impulsaba la barca. Y así, en silencio, y con sencillez, ese pequeño grupo de mujeres comenzó a vivir una historia diferente, de entrega a los demás, en especial a los más necesitados y marginados de la sociedad. Fundadas el día de la Inmaculada de 1937, en principio su trabajo estaba en las prisiones, y ayudando a las familias de aquellas que, por diversas circunstancias, estaban privadas de libertad. La cárcel de mujeres de la capital cántabra fue su centro de operaciones, donde se ocupaban del cuidado material y espiritual de las presas, realizaban visitas domiciliarias, y atendían a los niños de las reclusas.

Aprobada en 1940, una de las primeras expansiones de la Obra es Madrid. Respondiendo a la petición del director general de Prisiones, abren una Casa para Mujeres que, al salir de la cárcel, no tienen techo ni un lugar a dónde ir. A este primer Albergue de la Obra acudían, en palabras de su primera Directora, Ascensión Sánchez, «mujeres jóvenes, con sus chiquillos en brazos; muchachas a las cuales la calle les brindaba el placer, el dinero, la libertad; ancianas que carecían de apoyo en su vejez. Las puertas del Albergue se abrieron para acogerlas a todas». Y las Cruzadas las atienden y las cuidan, en un ambiente hogareño, destinado a sanar almas heridas, acompañando en los dolores, formando por y para la vida, con cariño, y poniendo a Cristo en sus vidas.

Ese naciente Instituto Secular Cruzada Evangélica ha ido, de manera profética, adaptándose a las necesidades de los tiempos. De aquellas mujeres de Instituciones Penitenciarias y del Patronato de Protección a la Mujer de los comienzos, a las madres solteras, abandonadas, necesitadas de cariño y acogida, de un hogar donde puedan nacer y crecer sus hijos, y donde ellas se encuentren arropadas y reciban una formación que les permita enfrentarse a la vida, cuidando de sus vástagos.

Ese primer Albergue de Madrid se trasladó, a finales de los 60, a Coslada, donde se encuentra la actual Obra Social Asunción Sánchez: colegio, pisos de acogida, formación… Una de las múltiples realidades de esta Obra, presente en colegios, hospitales, misiones… Siguiendo el espíritu fundacional, de fidelidad al Señor y a la oración, con una intensa vida eucarística, y una inquebrantable confianza en la Virgen María, celo incansable… Y una entrega a los demás, con olvido de una misma, que hablan por sí solos.

Y el próximo sábado, 1 de diciembre, celebrarán, con gran ilusión, sus primeros 75 años al servicio del Evangelio. Lo harán con una conferencia, en la que recordarán la figura de su fundador, y una Misa de acción de gracias por estos 75 años de una historia en la que, tal y como le dijera la primera Directora del Albergue de Madrid, Ascensión Sánchez, a Dios: Como quieras.