Comienza la fase diocesana de la causa de Carmen Hernández
«Fue carismática, apasionada, enamorada de Jesucristo», ha asegurado el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro
La solemne sesión de apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de la sierva de Dios Carmen Hernández —coiniciadora del Camino Neocatecumenal— se ha celebrado este domingo, 4 de diciembre, por la tarde en la Universidad Francisco de Vitoria.
«Todos los que hemos conocido de cerca a Carmen, como yo, sobre todo cuando era arzobispo de Valencia, sabemos que ha sido una persona especialmente carismática, valiente, apasionada, pero sobre todo profundamente enamorada de Jesucristo», ha asegurado el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro.
En este sentido, el purpurado ha destacado de Hernández el «profundo amor a la Iglesia» y al Papa «fuera quien fuera», así como su «valentía para hablar sin miedo del Evangelio, de la verdad y de la justicia», con palabras que a veces podían sonar «duras», pero que nacían del convencimiento de que «solo la verdad libera al hombre y Cristo es la verdad». También ha valorado «la importancia y la dignidad que dio Carmen a la mujer, a su papel en la vida, a su papel en la sociedad y a su papel en la Iglesia».
El acto de este domingo, como ha detallado el arzobispo, no es más que el comienzo de su causa de beatificación y ahora se van a «recopilar todos los documentos y todos los testimonios que después puedan ayudar a discernir al Papa sobre su vida, sus virtudes y su fama de santidad».
«Es el inicio de un largo camino, en el que de modo riguroso y exhaustivo estudiaremos todos los testimonios, tanto a favor como los que pudieran surgir en contra de esta causa —ha aseverado—. Yo os animo a que pidáis la intercesión de la sierva de Dios Carmen Hernández. Y, sobre todo, deseo de corazón que esta causa llegue a buen término, si Dios quiere».
Recuerdo de Kiko Argüello
A su lado ha estado el equipo internacional del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, Mario Pezzi y Ascensión Romero, y el postulador, Carlos Metola. Argüello, que inició el Camino Neocatecumenal junto a Hernández, ha mostrado su alegría y ha destacado que su obra —fruto del Espíritu Santo y con el empuje del Concilio Vaticano II— ahora está en 135 naciones, con 30.000 comunidades en 7.000 parroquias.
«Me costó mucho aceptar a Carmen. […] Sufrí hasta que me di cuenta de que venía de Dios», ha reconocido, antes de pedir que, con los trabajos de su causa, «salgan a la luz sus virtudes».
En su intervención también ha compartido con los numerosos asistentes una carta prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, cardenal Kevin Farrell, quien confía en que «la vida de Carmen, su testimonio de fe, su desgastarse hasta el final para llevar a todas partes el anuncio del Evangelio, continúen siendo un modelo de referencia para todos vosotros y para toda la Iglesia».
Durante el acto, Metola ha leído públicamente el libelo de demanda en el que se solicitó formalmente al arzobispo la apertura de la fase diocesana del proceso y el canciller secretario del Arzobispado de Madrid, Alberto Andrés, ha leído el nihil obstat del Dicasterio de las Causas de los Santos de Roma.
Además, se ha producido el juramento del tribunal delegado para esta causa, formado por el delegado episcopal de Causas de los Santos de Madrid, Alberto Fernández; el promotor de justicia Martín Rodajo, la notaria actuaria Ana Gabriela Martínez, RC, y la notaria adjunta Mercedes Alvaredo.
A la finalización ha tenido lugar el estreno mundial de los poemas sinfónicos Aquedah e Hijas de Jerusalén del propio Kiko Argüello.