Cuando en agosto de 1936 los falangistas detuvieron a Federico García Lorca, el escritor estaba trabajando en varios dramas en los que planteaba distintos temas sociales. Uno de ellos era Comedia sin título (1935), texto con ciertas connotaciones técnicas de una de sus obras más vanguardistas, El público (1930). Lorca situó aquella pieza inacabada en un teatro madrileño en el que los espectadores estaban a punto de asistir a la representación de Sueño de una noche de verano (1595), una de las obras maestras de William Shakespeare…
Hay teatro dentro del teatro, tanto en Comedia sin título, de Lorca —cuyo único primer acto se representa íntegro—, como en algunas escenas de Sueño de una noche de verano, de Shakespeare. Y hay amor, humor y guerra. A partir de la sabiduría interpretativa con la que el director argentino Juan Carlos Corazza —uno de los mejores maestros de actores del momento— nos tiene acostumbrados, la representación está planteada como un ensayo general —de tintes similares a Ensayo… casi general (1989), formada por las obras del dramaturgo ruso Antón Chéjov, El aniversario, El oso y El casamiento— con un lenguaje teatral abierto, en el que realidad y ficción se retroalimentan, invitando al espectador a imaginar y reflexionar.
Comedia y sueño —espectáculo que Corazza estrenó en 2011 en el contexto del Año Dual España-Rusia en el Teatro Meyerhold de Moscú— cuenta con un elenco excepcional de actores, que realizan unas sobresalientes interpretaciones, integrado ahora por Jan Cornet, Raúl de la Torre, Alba Flores, Ana Gracia, Pepe Lorente, Manuel Morón, Tamar Novas, Violeta Pérez, Xenia Reguant y Óscar Velado. Todos ellos acortan la distancia de siglos entre las dos obras y rinden un doble homenaje al genio de Granada y al bardo inglés en un proyecto, iniciativa de la Fundación Federico García Lorca, que es mucho más que una representación teatral.
Comedia y sueño se exhibe a partir de un escenario depurado de todo lo accesorio; tan sólo algunos instrumentos musicales —que ejecutan los mismos actores, más de percusión y cuerda que de viento— ejercen una imperceptible función escenográfica, pero sirven para apoyar ocasionalmente al espectáculo, cuyo resultado dramático definitivo resulta vibrante y apasionado. De este modo se alcanzan auténticos momentos escénicos desternillantes, y otros de desgarradora, feliz y hermosa prosa poética.
A este indudable éxito han contribuido, espléndidamente, los diez actores y actrices de la función -que se visten y revisten en la escena y cuyo vestuario apela a la sobriedad- de distintas edades y formación profesional, que hilvanan una propuesta escénica que es también una declaración de intenciones sobre qué significa hacer teatro hoy, sobre el sentido de la actuación y su estrecha relación con el sentido de nuestras vidas.
Pero lo que resulta más interesante —por su dificultad— es el talento que desarrolla Corazza como director de actores y la dramaturgia del espectáculo, es decir, el modo con que el director ha completado Comedia y sueño, articulando los diálogos lorquianos y shakesperianos con otros textos que favorecen el encuentro entre Comedia sin título y Sueño de una noche de verano. Estos escritos son fruto de la investigación del Teatro de la reunión, movimiento artístico dedicado a una constante búsqueda de expresividad, universalidad, sutileza, creación y exhibición que desarrolla Corazza desde 1990.
Se puede concluir que sigue siendo importante apelar a un teatro serio de responsabilidad para el público y para el que lo representa. Y Comedia y sueño es una muestra de ese “teatro imposible” que pretende tirar, no sólo la cuarta pared que separa al público de los actores, sino las cuatro paredes que separan a todos estos de los sucesos de afuera. Una disertación del Lorca más experimental, sobre la mentira y la verdad, la ficción y el hecho, y de un Shakespeare comediante, siempre en estado de ebullición y de gracia.
Por último, dos apreciaciones. Dadas las características del espectáculo, donde todo el meollo dramático se apoya en los apabullantes registros actorales, se recomienda que el espectador se ubique en las primeras filas. La otra, si es posible, que acudan al teatro con los dos textos leídos para que su capacidad de crítica sea valiosa, suficiente y contrastada.
★★★★★
Calle Conde Duque, 11
Metro: Ventura Rodríguez, Plaza de España, San Bernardo, Noviciado
OBRA FINALIZADA