Cobo lamenta «el intento de herir y ridiculizar la fe» en la inauguración de los Juegos Olímpicos
A través de un mensaje en redes sociales propone «que allá donde hay ofensa, pongamos el perdón»
Siguen multiplicándose las reacciones a algunas escenas de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París. La más reciente ha sido la del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que en una llamada telefónica con el Papa Francisco lamentó la ridiculización de los valores morales y religiosos que se hizo durante la celebración y que, en su opinión, ofenden por igual a cristianos y a musulmanes.
Después de la protesta de los obispos franceses, de distintos obispos y religiosos de todo el mundo, también españoles, se suma a la indignación internacional el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo. En un mensaje en su cuenta de X, el purpurado afirma que «ante lo visto en la inauguración de los Juegos Olímpicos, ante el intento de herir y ridiculizar la fe, ante las ofensas a los pequeños y débiles: Señor, haz de los cristianos, en medio de un mundo violento e irrespetuoso, un instrumento de tu paz».
En un mensaje complementario, Cobo anima a que «allá donde hay odio, pongamos el amor. Que allá donde hay ofensa, pongamos el perdón. Que allá donde hay discordia, pongamos juntos la unión». «Que sepamos ser transparencia de ti», concluye el arzobispo de Madrid.
Los organizadores de los Juegos Olímpicos, a través de su portavoz, Anne Descamps, se disculparon con «quien se sintiera ofendido» por la escena que evocaba la pintura de La Última Cena de Leonardo da Vinci.
«Nunca hubo la intención de mostrar falta de respeto a ningún grupo religioso. Al contrario, creo que con Thomas Jolly, intentamos celebrar la tolerancia comunitaria», comentó Descamps.
Por su parte, el director artístico de la ceremonia, Thomas Jolly, aseguró que en realidad no se inspiró en la pintura de Da Vinci, sino que quería evocar un festín pagano relacionado con los dioses del Olimpo.