Cobo en la Jornada Mundial de los Pobres: «Sin vosotros no es posible entender el Evangelio»
Este sábado se ha celebrado una Eucaristía en la catedral de la Almudena presidida por el cardenal y arzobispo de Madrid para celebrar esta jornada
Este sábado había una cita bíblica que cubría el altar de la catedral de la Almudena: «La oración del pobre sube hasta Dios». Es el lema elegido por el Papa Francisco para la VIII Jornada Mundial de los Pobres, que la Iglesia universal celebra este fin de semana. El primer templo de Madrid estaba lleno de la oración de personas acompañadas en su vulnerabilidad en proyectos de atención a la exclusión de la pastoral social de la diócesis, entre ellos los de Cáritas Diocesana de Madrid o la Comunidad de Sant’Egidio.
El aleluya llenaba la catedral de palabras de esperanza, al igual que el Evangelio proclamado, y que el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, recogió en su homilía. «Hay hoy una buena noticia: Dios interviene en la historia, salvando y apareciendo cuando todo se tambalea». El arzobispo reconoció que «somos pobres, y nuestra única riqueza es Dios mismo, dejarnos amar por Él y amar en Él a los hermanos».
Los pobres, continuó, «sois maestros para aprender a ver la vida desde Dios». «Estáis en el centro de la vida de la Iglesia», y «sin vosotros no es posible entender el Evangelio». También enseñan, afirmó, que «no somos autosuficientes». Abundó el cardenal Cobo en que los pobres, «los que buscan a Dios como el eje de su vida», «nos descubrís el camino para afrontar tantas encrucijadas» y «nos enseñáis a confiar en Dios». Y precisó: «Nuestra única riqueza, nuestro único camino de la felicidad, está en amar, en ofrecer la vida, en ofrecernos a quien nos necesita».
El arzobispo de Madrid -que estuvo acompañado de los obispos auxiliares José Antonio Álvarez y Vicente Martín, y vicarios episcopales, entre ellos el vicario de la Pastoral Social, José Luis Segovia- concluyó su homilía con una voz de ánimo para todos: «No temáis al futuro, aprendamos de los más pobres». Tras el rezo del padrenuestro se compartió un testimonio de uno de los lugares desde donde llamar a Dios Padre cobra más significado: la cárcel. «Padre nuestro, te encontramos en la soledad de las celdas de la prisión; tú que perdonas nuestros errores, ayúdanos a ir siempre adelante».
La Misa finalizó con una acción de gracias cantada y bailada por cuatro mujeres de la capellanía católica africana y la plegaria a Dios de jóvenes de los centros de menores con medidas judiciales El Laurel y El Lavadero, que leyó su capellán, Félix Martínez: «Queremos que sigas presente en nuestras vidas dándonos nuevas oportunidades. No nos dejes solos». Tras la celebración de la Eucaristía, todos aquellos que habían acudido siguiendo especialmente el llamado de la diócesis pudieron disfrutar de una chocolatada, preparada por Carifood, en el claustro del arzobispado.
Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, presidirá el domingo 17 de noviembre una Eucaristía en el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Siniestros de Tráfico. Organizada por el Secretariado de Pastoral del Tráfico de la diócesis de Madrid, tendrá lugar en la basílica parroquia Concepción de Nuestra Señora a las 13:00 horas.
Desde la Vicaría de Pastoral Social e Innovación se recuerda que los accidentes de tráfico provocan la muerte de 1,3 millones de personas en el mundo y daños o incapacidad a otros 50 millones. Además, son una de las principales causas de deceso (solo superado por el suicidio) de los jóvenes entre 15 y 29 años.