Cobo en el Domingo de Ramos: «La Semana Santa es llevar nuestras heridas a la Cruz para que Cristo las transforme» - Alfa y Omega

Cobo en el Domingo de Ramos: «La Semana Santa es llevar nuestras heridas a la Cruz para que Cristo las transforme»

En la celebración, el cardenal ha propuesto vivir estos días «con actitud discipular, no como turistas o como quienes quieren ver una película o un teatro por las calles»

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El cardenal Cobo durante la procesión por las calles de Madrid este Domingo de Ramos
El cardenal Cobo durante la procesión por las calles de Madrid este Domingo de Ramos. Foto: Archimadrid / Juan Carlos Martín.

Repicaban las campanas de la catedral de la Almudena este domingo para la bendición de los ramos. «Hosana al Hijo de David», y multitud de fieles que se congregaban a las puertas, en el acceso por la calle de Bailén, esperaban el inicio de la bendición de sus palmas y el comienzo de la celebración del Domingo de Ramos. «Sed bienvenidos a esta entrada a la semana grande de los cristianos», saludaba el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, a todos los que en este Año Jubilar «hacen nueva» esa entrada en la catedral e invitaba a, como Jesús, «entrar juntos en esa Jerusalén donde el Señor nos da esperanza».

Salía el sol al comienzo de la procesión de los ramos en un Madrid amenazante de tormenta. Acompañaban al arzobispo de Madrid los obispos auxiliares, José Antonio Álvarez, Vicente Martín y Juan Antonio Martínez Camino, así como el obispo emérito de Almería, Adolfo González. Con una «llamada a abrazar y anunciar el mensaje de la Semana Santa a todos nuestros vecinos», recorrían el exterior de la catedral para entrar por las puertas que dan a la explanada del Palacio Real.

En el interior del templo, el altar adornado con un único ramo de olivos, y otro a los pies del Crucificado, los fieles iban completando bancos, pasillos y coro. El Pueblo de Dios se congregaba en la casa de todos, como le gusta llamar a la catedral el cardenal Cobo, y lo hacía masivamente en esta gran solemnidad.

Vivir la Semana Santa como discípulos

El arzobispo de Madrid ha perfilado al comienzo de su homilía el contexto en el que arranca esta Semana Santa; con un mundo amenazado por la guerra de poder, polarización y desesperanza. En esta realidad, «podemos situarnos» como el pueblo que grita, «como políticos que maquinan contra el inocente», como quienes dividen «o a lo mejor como los espectadores, que pasan deseosos de pasarlo bien».

Pero hay otra posibilidad, ha continuado, que es la de «afrontar esta Semana Santa de nuestra vida como discípulos, con la actitud de quien no se conforma con observar desde la distancia», sino como aquel que acompaña, aprende y se identifica con Cristo «aun en medio de nuestras contradicciones». Por eso, «os propongo unos días de Semana Santa con actitud discipular, no como turistas o como quienes quieren ver una película o un teatro por las calles».

El cardenal Cobo durante la bendición de los ramos en la catedral de la Almudena. Foto: Juan Carlos Martín.

Del aplauso al abandono

En el Domingo de Ramos, ha proseguido el cardenal Cobo, «nos encontramos con un Jesús triunfante y vencedor». Como el que se ve en el paso de La Borriquita, situado a la izquierda del presbiterio. El Señor del Amor está listo para salir en procesión en la tarde de este Domingo de Ramos desde la catedral, este año por primera vez acompañado de su Madre, María Santísima de la Anunciación.

«Jesús vino a mostrar el amor que se da hasta el extremo, sin condiciones, que no huye del dolor». Así, «nuestra Semana Santa es nombrar nuestras heridas y llevarlas a su Cruz para que Cristo las transforme». Los ramos son las heridas, ha mantenido el cardenal Cobo, y Él «quiere curar nuestras heridas con el bálsamo de la cruz para resucitarlas». Tenemos una oportunidad, ha concluido de «llenar de alma la Semana Santa».