Cobo agradece a los artistas en su Jubileo que «habéis hecho de la esperanza una semilla»
Con un pequeño espectáculo relacionado con el Jubileo en la catedral, «hemos contemplado el alma de todos los que la habéis abierto y puesto aquí», ha asegurado Cobo a los artistas
«Lo que aquí hacemos hoy es algo atípico», ha reconocido el arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, en la tarde de este martes desde el atrio de la catedral de la Almudena. Rodeado de artistas, poetas, magos, humoristas, actores y cantantes, les ha explicado que «los cristianos, cada 25 años, paramos un poco para darnos cuenta de lo importante que es para nosotros que Dios se ha encarnado». Y desgranándoles algo más en qué consiste el Jubileo 2025, que gira en torno a la esperanza, lo ha definido como, «a partir de muchos gestos, entrar de manera simbólica en la puerta de la misericordia de Dios».
«Por eso, en esta catedral, igual que en otras muchas, lo que intentamos es celebrar la importancia de la presencia de la vida, que reconocemos en Dios», ha añadido el cardenal. Y haciendo hincapié en los muchos vínculos que en la tarde de este martes se han evidenciado entre la Iglesia y los artistas, ha confiado a los peregrinos recién llegados que, en la archidiócesis de Madrid, «nos ha parecido que una buena forma de entrar en la misericordia de Dios es a través de la belleza y de las expresiones más diversas que tenemos: la poesía, la música y el arte en todas sus variedades».

Después, siguiendo las indicaciones del creador de espectáculos, circo y ballet Antonino Nieto, los cientos de asistentes al Jubileo de los Artistas —entre ellos unos 50 que han ofrecido algún breve espectáculo— han procesionado al interior de la catedral de la Almudena portando pequeños cirios que han encendido a partir de uno principal. Nada más cruzar las puertas de bronce de la Almudena, una batería apartada a un lado les daba la bienvenida con un ritmo suave.

Durante las más de dos horas de acto cultural, los artistas han presentado como ofrendas sus creaciones. Las ha habido explícitamente católicas, como la de la actriz teatral que ha interpretado el poema Nada te turbe de santa Teresa de Jesús. Otros han versionado al español el Hallelujah de Leonard Cohen o cantado acompañados de una guitarra acústica el góspel Todos estos dones.
También ha habido varios pintores y artistas plásticos que han presentado sus cuadros inspirados en pasajes bíblicos sobre la esperanza. O se han cantado coplas sobre lo doloroso que era para Madrid el ver la Almudena constantemente en obras sin acabarse y la alegría que supuso lograrlo. No obstante, sin ningún género de dudas, uno de los momentos más emocionantes de la noche ha sido una solemne interpretación del padrenuestro en arameo por parte de Tania Rutz.

«Todo lo que se rompe se puede arreglar»
Pero también, al igual que en el cierre del Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana del pasado 13 de septiembre en el que Karol G o Pharrel Williams cantaron en la plaza de San Pedro, este espectáculo albergado por la catedral ha contado con otras pequeñas obras que hablaban de la esperanza en un sentido meramente humano. Por ejemplo, ha habido lecturas de poemas contra la guerra.
Los asistentes han sido luego testigos de un sorprendente truco de magia en el que su autor, Luis Boyano, después de romper un periódico en mil pedazos, lo desdoblaba posteriormente intacto. «Todo lo que se rompe se puede arreglar», ha reivindicado entre aplausos.
También ha habido pequeñas actuaciones humorísticas de un padre y un hijo —Tony Antonio y Tony Melero— que han presentado la risa como otra forma de esperanza. Y la cantante Magali Revollar ha interpretado, acompañada por dos instrumentos tradicionales andinos, Gracias a la vida, de Mercedes Sosa.
Otra parte fundamental de este pequeño espectáculo ha sido dejar en altar las velas que llevaban consigo cada uno de los peregrinos. Asimismo, depositaban en una pequeña urna papeles en los que habían escrito previamente qué les llena de esperanza.

Casi al final del evento, el coro de voces graves de Madrid ha interpretado música sacra en latín. Y después, el cardenal Cobo ha dado las gracias a todos por participar destacando que «cuando empezó el año jubilar, el Papa Francisco quiso que la esperanza fuera el hilo conductor porque notamos que su falta es una de las debilidades de nuestro mundo».
Según ha apuntado el arzobispo de Madrid, esto «se traduce en divisiones, en polarizaciones y en individualismos». Y ha explicado a los artistas que «los cristianos, cuando hablamos de esperanza, tenemos un modelo». «La esperanza para nosotros es un Dios que se hace hombre y que, para explicarnos el sentido real de la esperanza, es capaz de morir y de entregar su vida».
La esperanza «exige plantarla»
El purpurado ha reivindicado que la esperanza «no es un lema ni un libro sino un Dios que se hace semilla». Lo que «exige plantarla, cuidarla y hacerla crecer poco a poco como hizo Jesús, el mismo que ha presidido esta noche desde la Cruz», ha dicho señalando el crucifijo de la catedral tras el altar.

«Él es nuestra esperanza, por eso esta noche queremos dar las gracias a todos aquellos que habéis hecho de la esperanza una semilla», ha dicho el arzobispo de Madrid. Ha agradecido todas las manifestaciones artísticas que se han visto en la tarde: «La interpretación, el canto, la palabra o el humor». Y les ha felicitado porque «habéis sido capaces de aumentar esa siembra de esperanza que hoy ponemos delante del Señor».
Según ha sentenciado José Cobo, «esta noche ha sonado el alma». «Hemos contemplado el alma de todos los que la habéis abierto y puesto aquí», ha añadido. «No nos la hemos guardado, no la hemos conservado, al igual que hizo Jesucristo al no conservar su vida».

«Que el arte en todas sus expresiones sea coral y sea elevado a Dios», ha deseado el cardenal insistiendo en que «esa es la siembra que necesita nuestro mundo». «Que Dios lo premie y se alegre por esta siembra en este rinconcillo del mundo que esta noche se ha hecho gracias a cada uno de vosotros».
Finalmente, el creador de espectáculos Antonino Nieto se ha dirigido a la Virgen de la Almudena prometiendo que «aquí, en tu casa, en tu acogedor abrazo de puertas abiertas, hago esta ofrenda que sin tiempo y sin límites continúa y continuará sin fin».