Clamor contra la supresión de conciertos a la diferenciada en Cataluña

Los obispos de la Conferencia Episcopal Tarraconense –que comprende el territorio autonómico de Cataluña– desean «que sea respetada la libertad de educación y el derecho de los padres a elegir el centro educativo para sus hijos e hijas, y que se considere la escuela concertada como parte del servicio educativo en Cataluña, tal como indica la Ley de Educación catalana»: así se han manifestado en un comunicado en el que valoran la reciente decisión de la Consejería de Educación de la Generalitat de no renovar el concierto a las escuelas de educación diferenciada, un asunto que ven «con preocupación» y cuya decisión piden que «se reconsidere».

La decisión de la Generalitat de no renovar el concierto a once colegios catalanes de educación diferenciada se debe a que «no cumplen el principio de coeducación por medio de la escolarización mixta, que ha de ser objeto de atención preferente», según señala el último Diari Oficial de la Generalitat.

Para Pedro José Caballero, presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (CONCAPA), se trata de «un atentado más contra el derecho de las familias de poder elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos», y además se hace «pasando por encima de las numerosas sentencias judiciales que avalan este tipo de enseñanza en España».

«De ningún modo la enseñanza diferenciada es una enseñanza segregada», dice Caballero desmintiendo el argumento más extendido a la hora de atacar este tipo de educación. «Es una enseñanza que avala también el artículo 27 de la Constitución, y se tiene que respetar», defiende.

En este sentido, la decisión de la Generalitat supone, según la presidenta en España de la Asociación Europea de Educación Diferenciada (EASSE), María Calvo, «destruir sin justificación objetiva razonable algo que funciona, que da buenos resultados y que además es demandado por parte de la sociedad».

Para Calvo, «la imposición forzosa de la educación mixta, única merecedora de financiación pública, es un dogma intocable que solo es comprensible en países antidemocráticos que someten por la fuerza a sus ciudadanos», de ahí que detrás de la supresión de los conciertos vea «un intento de dañar a las instituciones religiosas que se encuentran detrás de la mayoría de los colegios de educación diferenciada en España», que por otra parte «desarrollan una magnífica labor especialmente entre alumnos pertenecientes a minorías o de los entornos más desfavorecidos».