Cinco hermanos, cónyuges y 13 niños, los Arizu en el funeral del Papa: «Es algo histórico» - Alfa y Omega

Cinco hermanos, cónyuges y 13 niños, los Arizu en el funeral del Papa: «Es algo histórico»

Los fieles le pasan la factura a Francisco tras el «recen por mí» con el que inició el pontificado. «Ahora te toca a ti interceder por nosotros», subraya Marina tras aterrizar en Madrid

José Calderero de Aldecoa
Felipe y Marina junto a sus hijos en la plaza de San Pedro
Felipe y Marina junto a sus hijos en la plaza de San Pedro. Foto cedida por Felipe Arizu.

Cuando varios hermanos de la familia Arizu compraron los billetes de avión para asistir a la canonización de Carlo Acutis, lo hicieron con la ilusión de que sus hijos pudieran «abrir horizontes» y «ver que la Iglesia es mucho más grande que la comunidad parroquial a la que asisten los domingos», asegura Felipe Arizu, que tenía planeado viajar hasta el Vaticano junto a su mujer y sus cuatro vástagos. «También queríamos presentar a nuestros hijos un modelo de santidad actual, que vieran que un chico joven, como ellos, había logrado la meta a la que todos aspiramos: el cielo».

La muerte del Papa Francisco, sin embargo, trastocó sus planes y desbarató el sentido original del viaje. Pero aun así los Arizu —en total viajaron cinco hermanos, tres de ellos casados, y 13 niños— decidieron no cancelar el periplo y subirse al avión que los dejó en Roma el pasado viernes 25 de abril. De esta forma, «los niños no pudieron vivir la canonización de Acutis, pero participaron en el funeral de un Papa. Es algo histórico», asegura este padre de familia afincado en Madrid.

Marina, su mujer, haciéndose cargo de lo que estaban viviendo, no desaprovechó la oportunidad y se encomendó a Bergoglio durante todo el fin de semana. «Desde el primer momento vino a mi corazón el recuerdo de cuando fue elegido Pontífice y salió al balcón. Su primera petición fue: “Recen por mí”. Eso me dejó impactada en su momento. Me pareció de una humildad increíble. Así que estos días, le repetía que “nosotros hemos cumplido nuestra parte y hemos rezado siempre por ti. Ahora te toca a ti interceder por nosotros”».

Y la petición parece que ha sido escuchada: «Volvemos con el corazón lleno y renovado, con sensación de responsabilidad. Tenemos que rezar mucho por esta Iglesia de la que somos parte», concluye Marina, que no puede dejar de señalar lo «impresionante» que ha sido «esta experiencia para los niños. Volvemos muy agradecidos».