Cientos de figuras del Niño Jesús reciben la bendición de León XIV - Alfa y Omega

Cientos de figuras del Niño Jesús reciben la bendición de León XIV

Cientos de pequeños sostuvieron en sus manos la mañana de este domingo una figurita del Niño Jesús para que León XIV las bendijera. Reunidos en la Plaza de San Pedro, participaron en la iniciativa organizada por el Centro Oratorios Romanos, puesta en marcha en 1969 por Pablo VI

Redacción
Los niños sujetan las figuras del Niño Jesús para que las bendiga el Papa. Foto: CNS photo / Vatican Media.
Los niños sujetan las figuras del Niño Jesús para que las bendiga el Papa. Foto: CNS photo / Vatican Media.

Cientos de pequeños sostuvieron en sus manos la mañana de este domingo, 21 de diciembre, una figurita del Niño Jesús para que León XIV las bendijera. Reunidos en la Plaza de San Pedro con sus familias y catequistas, participaron en la iniciativa organizada por el Centro Oratorios Romanos, puesta en marcha en 1969 por Pablo VI.

Es la primera vez que el Papa León XIV ha dirigido una importante petición a los pequeños. «Queridos niños, ante el pesebre, recen a Jesús también por las intenciones del Papa. En particular, recemos juntos para que todos los niños del mundo puedan vivir en paz. ¡Les doy las gracias de corazón!», dijo a los presentes.

A continuación, bendijo las estatuillas, algunas desnudas en el pesebre, otras con túnicas blancas y doradas, «para colocarlas —afirmó el Papa— en el pesebre de sus casas, escuelas y oratorios».

San José como modelo

Durante el ángelus del cuarto domingo de Adviento, el Pontífice invitó a los fieles a contemplar la figura de san José, descrito como un hombre justo, sensible y valiente en la fe. A través de su silencio, su misericordia y su abandono confiado en Dios, san José —afirmó el Papa— «enseña a preparar el corazón para acoger a Cristo y a los hermanos en la cercanía de la Navidad, perdonando, animando y dando esperanza».

Comentando el pasaje del Evangelio de san Mateo (cf. Mt 1,18-24), el Papa subrayó cómo Dios confió su plan a un hombre «frágil y falible —como nosotros— y, al mismo tiempo, valiente y fuerte en la fe». Y recordó que el evangelista define a José como un «hombre justo» no solo por su fidelidad a la ley y a la vida religiosa de Israel, sino también por su profunda humanidad.

Esa justicia, explicó, se manifiesta especialmente cuando, ante el embarazo de María, José elige no exponerla al escándalo público, sino optar por el camino silencioso y benévolo del repudio en secreto. En ese gesto, afirmó el Pontífice, se revela el verdadero corazón de la fe: la misericordia.

La nobleza interior de san José se hace aún más clara cuando, en sueños, acoge la revelación del ángel y acepta una misión inesperada: ser el esposo de la Virgen y custodio del Mesías. En ese momento, destacó el Papa, «José deja atrás sus seguridades humanas y se abandona por completo a Dios».

Misericordia, fe y abandono

El Pontífice señaló que misericordia, piedad, caridad y abandono confiado son las virtudes que la liturgia propone en estos últimos días de Adviento. Actitudes que, dijo, «educan el corazón para el encuentro con Cristo y con los demás, y que permiten a los creyentes convertirse unos para otros en pesebre acogedor y casa confortable de la presencia de Dios».

Finalmente, el Papa exhortó a no dejar pasar este tiempo de gracia sin practicar concretamente esas virtudes: perdonando, animando, ofreciendo esperanza a quienes viven cerca y a quienes se encuentran en el camino, y renovando en la oración la confianza filial en el Señor.