César Franco: «He entregado el dinero del premio a Cáritas»
El obispo de Segovia, que le acaba de presentar su renuncia al Papa, ha sido galardonado con el XLIII Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, dotado con 7.000 euros
¿Qué supone para usted este galardón?
Es una gracia más de las que el Señor te da en la vida. Así lo siento, junto con la satisfacción de saber que algo que uno escribe puede servir para dar a conocer mejor el mundo de Dios y el mundo de la belleza a través de la cual el Señor se manifiesta.
¿Tiene, entonces, un sentido evangelizador?
La poesía tiene su sentido en abrir los ojos a la belleza que, a veces, no percibimos de inmediato. Por eso, de alguna manera, es revelación del misterio, de ese “no sé qué” del que hablaba san Juan de la Cruz como diciendo que las palabras son insuficientes para revelar los misterios de Dios. Unos misterios que no se ven físicamente, pero que ahí están. No cabe duda de que lo que he pretendido, para eso soy sacerdote y obispo, es abrir los ojos a quien tenga esa sensibilidad para descubrir lo que a lo mejor, a primera vista, no se ve.
¿Qué encontramos en Visiones?
El título se refiere a lo que el hombre ve y percibe por los sentidos y también a esa otra realidad oculta, que se encuentra más allá de los sensible. Es lo que decía Ortega y Gasset hablando de la literatura, ese latir divino de las cosas, lo que está escondido y hay que saber descubrir. He seguido ciertamente el cuarto evangelio en el que se utiliza el verbo ver de tres formas diferentes: ver la realidad física, ver de una forma que se observa más detenidamente y el ver de la fe.
El XLIII Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística está dotado con 7.000 euros. ¿Ha pensado ya qué va a hacer con ellos?
El dinero lo he entregado a Cáritas para atender las urgencias que hay siempre de las personas más necesitadas. No quería quedarme con ello.
¿Lo ha sentido como un regalo del Señor por su cumpleaños?
La verdad es que ha coincidido. El día 15 de diciembre me dieron el premio y el día 16 fue mi cumpleaños. De alguna manera es como si fuera un guiño que te hace Dios. No porque mi poesía sea extraordinaria, ni mística, pero ver que por lo menos ha servido de algo el trabajarla.
Ha cumplido 75 años y acaba de presentar su renuncia al Papa. ¿Qué balance hace de su paso por la diócesis de Segovia?
Creo que los balances los tienen que hacer los otros. El trabajo que he hecho ahí está. Son testigos la diócesis y los fieles. Lo que sí que quiero hacer es dar gracias a Dios por haberme permitido pastorear una de sus iglesias. Me siento gloriado de que el Señor se haya fiado de mí y aquí seguiré hasta que Francisco acepte mi renuncia.
No sé si ha pensado ya en el futuro…
He pensado volver a mi diócesis, a Madrid. Allí me gustaría ponerme a confesar donde me dejen un confesionario, que hace mucho tiempo que no lo hago. También tengo diferentes materiales, de cuando me he dedicado a la Biblia y la exégesis. Veré qué puedo hacer con todo eso, porque no hay nada más bello que estudiar e interpretar la palabra de Dios. Por otro lado, siempre he dicho que de deja el cargo, no el ministerio, ni se deja la misión que el Señor nos ha confiado. De esta manera, la vida que me dé espero poder seguir gastándola en el servicio a los demás y en la oración. Yo creo que rezo poco. Tengo que rezar más. A veces uno se excusa en el trabajo.
La joven poeta María Paz Otero ha sido galardonada con el Premio Adonáis de Poesía 2023, otorgado por Ediciones Rialp, por su poemario Los atormentados. El jurado ha valorado «su indagación en los incómodos terrenos de las más dolorosas derivas de la mente, que aúna la aceptación insobornable de la realidad con una compasión de estirpe cervantina».
El jurado ha entregado también dos accésits, uno a Antonio Díz Mola, por El aire dividido, y otro a Elisa Fernández Guzmán, por Después del pop.