Casos como el de Terri Shiavo, en Francia y Argentina
Han saltado a los medios, estos días, dos nuevos casos como el de Terri Schiavo, la mujer estadounidense en estado vegetativo a la que, en 2005, se le provocó la muerte retirándole la alimentación y la hidratación. El caso del francés Hervé –nombre ficticio– es similar en muchos detalles: ha sido su cónyuge quien ha tomado la decisión de no alimentar al enfermo, en estado vegetativo; y, a pesar de que los padres del enfermo se oponen a la medida –de la que se enteraron de forma accidental–, no pueden hacer nada para evitar su próxima muerte. La eutanasia es ilegal en Francia, pero se permite la práctica eutanásica de retirar la alimentación. En Argentina, Marcelo Diez, también en estado vegetativo, está a punto de seguir un camino parecido. El 19 de abril, el Tribunal Supremo de la provincia de Neuquén ha dictaminado que, desde la aprobación de la ley de muerte digna en 2012, no se necesita autorización judicial para retirarle la alimentación y la hidratación, como piden sus hermanas, que viven en otra provincia y no se ocupan ni corren con los gastos de la atención al paciente. El obispo de la diócesis, monseñor Virginio Bressanelli, ha denunciado que «no corresponde llamar muerte digna a una muerte atroz como ésta», y ha pedido que se permita a la Iglesia cuidarle hasta su muerte natural.