Cartas a Valencia para transmitir «el abrazo de Jesús» - Alfa y Omega

Cartas a Valencia para transmitir «el abrazo de Jesús»

Dos jóvenes recogen cartas y dibujos para llevarlos a las zonas afectadas por la DANA. «Hacen falta dinero y manos para ayudar, pero la gente también necesita cariño y amor», afirman

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Marina, a la izquierda, y dos voluntarias entregan una carta a Rosa
Marina, a la izquierda, y dos voluntarias entregan una carta a Rosa. Foto cedida por Marina Lozano.

«Quitar barro y ofrecer comida es algo que hace falta, pero la gente también necesita cariño y amor, y eso es lo que queremos transmitir». Este es el objetivo de Marina Lozano y María Pardo, dos jóvenes que han lanzado la iniciativa “Letras de Esperanza” para dar apoyo y consuelo a los damnificados por la DANA.

La idea consiste en recabar cartas y dibujos de niños a través de un formulario y, tras imprimirlas todas, ir a las zonas más dañadas para ayudar en lo logístico y también repartirlas entre la gente.

Marina, del Regnum Christi de Valencia, conoció la idea en el ámbito de un club de adolescentes, y le pareció «genial» ampliarla y abrirla «a todo el que quisiera participar». Para ello contó con la ayuda de María, autora de @uncampodenaranjos en Instagram, que le dio difusión. Desde entonces han recibido a través de las redes sociales más de 300 cartas, además de las que les han entregado en mano. La mayoría procede de España, pero también han llegado misivas de México, Suiza, Argentina, Estados Unidos y Bélgica. «Nos han escrito familias, niñas pequeñas, niños de catequesis…, muchísima gente», abunda Marina.

Con todo este material han hecho ya dos viajes junto a otros voluntarios a las zonas afectadas por la DANA, primero a Benetúser y luego a Paiporta y Picaña, donde después de echar una mano en lo que han podido, «sobre todo limpiando y quitando barro», se lanzaron a la calle a entregar las cartas.

«Lo que hacemos es ir casa por casa preguntando si necesitan algo, y después aprovechamos y regalamos una carta», cuenta Marina. «La gente se queda maravillada, es increíble ver sus caras cuando les dices: “Tengo un regalo para ti”. Ha habido quien se ha puesto a llorar antes incluso de abrirla», añade.

De este modo han conocido a David, una persona mayor que vive solo y que ha pasado como ha podido estos días: «Esto se agradece más que la comida», les ha dicho; y a Lidia, una chica joven que vive en un bajo: «Por favor, os lo pido por favor, no os olvidéis de nosotros», les ha pedido; y a Rosa, que al recibir su visita les ha contado que «todavía no tengo paz, pero confío en que Dios me va a ayudar».

«Viendo tanta catástrofe, puede parecer que una carta no soluciona nada, pero te saca una sonrisa y te ayuda a seguir», afirma Marina al valorar el resultado de la iniciativa. «Y es verdad que hacen falta dinero y manos, pero también un mensaje de esperanza y amor», destaca, para terminar trasladando lo que les dijo una señora por la calle: «Nadie hasta ahora me había preguntado cómo estoy, y necesitaba esto». Por eso, Marina concluye que, «en realidad, lo que estamos trasmitiendo a todas estas personas con estas cartas es un abrazo, el abrazo de Jesús».