Cartas a la redacción - Alfa y Omega

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La familia es una obra de arte

La Iglesia en España ha sabido convocar a muchas familias en torno al sentimiento de unos valores humanos y espirituales que, desgraciadamente, se van perdiendo en esta sociedad. Sabemos que la familia es patrimonio de la Humanidad y pocas cosas hay que merezcan tanta admiración. Yo diría que es una obra de arte, un tesoro muy importante que debemos guardar con mucho mimo. Afortunadamente, muchos niños crecen en ambientes maravillosos y positivos, pero también nos encontramos con ambientes hostiles para el desarrollo de muchos pequeños. Creo que la familia debe educar en y desde el amor, en la libertad, en el respeto, en la tolerancia, en la solidaridad. Cuando en un país la familia se desintegra, el tejido social se descompone y como consecuencia nace la violencia en todas sus formas. Creo que los políticos deberían trabajar por una legislación familiar apta para promover la auténtica vocación de los esposos y de los hijos a favor de la familia. En definitiva, creo que la familia no es un fin sino el punto de partida para el encuentro con esa gran familia llamada Humanidad, teniendo como referente a esa maravillosa Familia que es la que vivió y se desarrolló en Nazaret.

Alberto Álvarez
Sevilla

Carta desde la cárcel

Hace unos días me pasaron esta carta de nuestro amigo Miguelín, que está en el talego. Algunos dirían que es malo, pero Dios jamás se ha detenido ante nuestro mal. Y ahí está el tema. Esta carta es el testimonio vivo de una potencia mucho más grande que nuestro mal. Es como tocar con la mano lo que decía Isaías: En aquel día saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces… la Justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas. El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito, el ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá. En su carta desde la cárcel, escribe a los que formamos la asociación Bocatas, de Comunión y Liberación, que repartimos bocadillos en La Cañada Real, de Madrid, y en ella dice cosas como éstas: «Soy consciente de que llevo poco tiempo con vosotros, pero aun así me siento totalmente de Bocatas. Yo, que casi siempre he llevado una vida solitaria y cuando estuve acompañado no lo supe valorar, ahora que estoy aquí dentro, se me llena el espíritu de paz sintiéndome parte de algo tan hermoso, desinteresado y limpio como es ser de Bocatas. Me siento acompañado por vosotros cuando me alcanza la soledad del preso en el patio, y no os podéis hacer una idea de lo grande que es eso. Espero veros pronto y ya de paso, aprovecho y os pido: escribidme, por favor».

Jesús de Alba
Madrid

El heroísmo de un guardia civil

Los hombres nos obsequian en ocasiones con actuaciones heroicas, como el joven que salvó a una anciana y a su hijo, en trance de morir por las llamas y el humo, hace unas semanas, en Serrapio-Aller (Asturias). Era un sargento de la Guardia Civil, don Javier Arrollo Hernández, destinado en el Destacamento de Tráfico, que observó una densa columna de humo procedente de un edificio en llamas. Inmediatamente, intentó acceder por la puerta principal, pero era imposible por el ambiente irrespirable. Sin dilación, recorrió el perímetro del edificio y tomó conciencia de que sólo escalando por el exterior podría llegar a la planta; y, así, tras saltar muros y matorrales, llegó a un taller, cogió una escalera y con plena decisión, coraje y presto a dejar su vida en el intento, realizó el salvamento, que resultó extremadamente dificultoso. El relato no es un cuento navideño, sino una muestra más de la generosidad de quienes realizan gestas heroicas con sin buscar aplauso, como nos tiene acostumbrados el Benemérito Cuerpo.

Martín Bravo Navarro
Madrid

La vida es una cuestión de Estado

Incluso los políticos que han renunciado al liderazgo social, limitando su actividad a la gestión económica, deben reconocer que la situación de la pirámide poblacional y su previsible evolución hacen insostenibles la sociedad europea y la española. El aumento de la esperanza de vida, unido al menor número de nacimientos, llevan a una pirámide invertida en la que los activos serán incapaces de mantener a los inactivos por más que se estiren los años de vida laboral y las jornadas de trabajo. La sostenibilidad de nuestra sociedad exige que la defensa de la vida y la protección de la maternidad constituyan el centro y la base de las políticas de Estado. Es una cuestión de bien común y de sentido común; no de ideología, sino de pedagogía: es una cuestión de Estado.

Juan Antonio Jurado
Sevilla

¿Quién soy, de dónde vengo…?

El hombre no es una cosa, algo inanimado. Es una criatura con un alma viviente, pero, a diferencia de los demás seres vivos, su alma es espiritual. Con características excepcionales: es racional, libre, con capacidad de pensar, decidir y amar. Una criatura muy especial. Algo que le sitúa en la cumbre de la creación. Y como espiritual, es infinitamente más. Porque espirituales sólo son Dios, sus ángeles, y los hombres. Esto puede dar una idea de la dignidad del hombre, en el conjunto de la creación. Una dignidad y un honor que no lo posee el hombre por sus méritos, sino que es una gracia, un regalo amoroso de Dios. La vida del hombre tiene un sentido, y a juzgar por la altura de su dignidad, un sentido elevado: imitar a Jesucristo, su Dios y su Maestro, para co-redimir como Él. Si el hombre no tuviera una misión de su Creador, ¿para qué dotarlo con semejantes dones?

Antonio de Pedro Marquina
Zaragoza