Carlo Acutis se queda fuera del Consistorio para decidir la fecha de próximas canonizaciones

El próximo 13 de junio el Vaticano albergará un Consistorio, esto es, una reunión multitudinaria de cardenales. En vez de la creación de nuevos purpurados, decidirá en qué fechas se celebrarán las canonizaciones de varios beatos tal y como ya ha anunciado el sitio web oficial del Vaticano recientemente remodelado.

Los futuros santos serán Ignacio Choukrallah Maloyan, Peter To Rot, Vincenza Maria Poloni, María del Monte Carmelo Rendiles, Maria Troncatti, José Gregorio Hernández y Bartolo Longo. También Pier Giorgio Frassati, un miembro de Acción Católica que falleció con tan solo 24 años a principios del siglo XX.

Frassati es una figura especialmente relevante porque, de manera espontánea, el Papa Francisco ya anunció durante una de sus audiencias generales en 2024 que este laico italiano sería canonizado en el marco del Jubileo de los Jóvenes que tendrá lugar este año entre el 28 de julio y el 3 de agosto. Aquel anuncio, lanzado de forma improvisada, finalmente no cristalizó de manera oficial en ningún documento vaticano ni llegó a discutirse explícitamente en un Consistorio, pero sí es previsible que su canonización se celebre en ese rango de fechas.

La ausencia de Acutis

Otra canonización esperadísima es la de Carlo Acutis, a quien no se nombra en el documento que ha emitido este miércoles el Vaticano. Originariamente, su ascenso a los altares estaba previsto para el pasado 27 de abril, cuando se celebraba en Roma un Jubileo de los Adolescentes en el que la archidiócesis de Madrid estuvo presente con un nutrido grupo de quinceañeros. No obstante, el fallecimiento de Francisco tan solo seis días antes suspendió forzosamente aquella celebración.

Como ya se acordó en su día en un Consistorio cuándo canonizarlo, ha quedado fuera del orden del día de esta nueva reunión y queda a discreción de León XIV cuándo tendrá lugar. Y como Acutis despierta una gran devoción, entra dentro de lo esperable que el anuncio se haga con la antelación necesaria para que los peregrinos de todo el mundo puedan comprar con margen sus billetes de avión a Roma.