Cáritas: «Somos tercos y vamos a quedarnos en la ciudad de Gaza»
El director de la organización católica explica que sus centros médicos en la zona afectada por la orden de evacuación harán «todo lo posible por seguir funcionando». También intentan ayudar a los pocos empleados que han decidido marcharse
«Hemos recibido las órdenes de evacuación» que el Ejército de Israel ha distribuido en la mañana de este martes por toda la Ciudad de Gaza ante la inminencia de un fuerte ataque. «Pero somos tercos y vamos a quedarnos», asegura a Alfa y Omega Anton Asfar, director de Cáritas Jerusalén. «Y nos quedaremos mientras queden empleados dispuestos a trabajar aquí».
Asfar atiende a esta publicación durante unos minutos al final de un día muy ajetreado por el anuncio del Ejército de que «operará con gran fuerza» en la ciudad. Explica que nueve de los diez centros médicos de la entidad en la Franja siguen operativos y atienden cada día a un promedio de casi 2.000 personas. Solo está cerrado «desde hace dos meses» el de la parroquia católica de la Sagrada Familia por las dificultades que encontraban para operar en esa zona.
Del resto, cinco están en la ciudad, dentro del territorio que Tel Aviv quiere vaciar. Igual que las instituciones de la ONU, la organización católica ha decidido mantenerlos abiertos. Asfar confirma que, como ya adelantó este semanario, también los sacerdotes y religiosas de la parroquia de la Sagrada Familia y de la ortodoxa de San Porfirio han recibido las órdenes de evacuación y han tomado la misma decisión. Esta afecta también a los 50 niños y adultos con discapacidad a los que atienden las Misioneras de la Caridad. En cuanto a los 500 cristianos que llevan casi dos años refugiados en el complejo, «cada uno decidirá si irse o quedarse».

Solo tres empleados de Cáritas en Gaza han decidido marcharse a las llamadas «zonas humanitarias» recomendadas por Israel en el sur. El resto seguirá en sus puestos, tanto por compromiso como porque «no hay otro sitio donde ir. En realidad, en el sur no hay refugios, ni medios, ni comida».
Con ellos «haremos todo lo posible por seguir funcionando», tanto en sus sedes como desplazándose donde haga falta. Eso sí, advierte de que si la situación se vuelve demasiado peligrosa se plantearán suspender su labor. Una dificultad añadida es encontrar suministros médicos, cada vez más escasos.
El director de Cáritas Jerusalén está «muy preocupado» por proteger a su equipo. El mismo lunes la familia de uno de sus compañeros fue evacuada de uno de los edificios altos que luego fueron bombardeados. «Estamos intentando encontrar material para refugiarse» o un lugar en el que puedan alojarse los compañeros que se han desplazado. También colchones y comida. «Pero no se encuentra nada».
El Papa León XIV no ha conseguido contactar este martes con el padre Gabriel Romanelli, sacerdote de la Sagrada Familia de Gaza. «Intenté llamar al párroco ahora, pero no tengo noticias», ha asegurado el Santo Padre al salir de su residencia de Castel Gandolfo rumbo al Vaticano. «Ciertamente estaban bien, pero después de esta nueva orden, no estoy seguro».
El Pontífice se dirigió en la noche del lunes al palacio pontificio a las afueras de Roma. Al abandonarlo, ha respondido a algunas preguntas de los periodistas. Sobre el bombardeo de Israel contra Hamás en Doha (Catar), lo ha calificado de «noticias verdaderamente graves». «No sabemos hacia dónde se dirigen las cosas. Debemos rezar mucho, seguir trabajando e insistir en la paz».