Cáritas reivindica «el derecho al aburrimiento» frente al abuso de las pantallas
La entidad ha presentado esta jueves un informe en el que relaciona el uso desproporcionado de las nuevas tecnologías con el absentismo y el fracaso escolar
«El primer motivo para usar el móvil es el aburrimiento. Estamos ante un mundo en donde la accesibilidad inmediata a las pantallas dificulta esta gestión positiva del aburrimiento. Por ello, desde Cáritas reivindicamos el derecho al aburrimiento». Así se ha expresado esta martes Carmen García, responsable del programa de Infancia, Adolescencia y Juventud de Cáritas Española, durante la presentación del informe Impacto de las pantallas en la vida de la adolescencia y sus familias en situación de vulnerabilidad social: realidad y virtualidad.
No se trata de un tema menor a la luz de los datos aportados en el informe, que cifra en un 36 % el número de jóvenes que pasan más de seis horas diarias expuestos a las pantallas. En este sentido, Daniel Rodríguez, Daniel Rodríguez, del Equipo de Estudios de Cáritas, aclara que el «abuso de las pantallas» no conlleva necesariamente una adicción. Esta se da «cuando el uso, o la ausencia de este, genera ciertos niveles de aislamiento, ansiedad, falta de control y dependencia», situación que afecta a uno de cada cinco jóvenes.
El uso desproporcionado de las pantallas también está «estrechamente ligados», según Rodríguez, con el absentismo y el fracaso escolar. Según el informe, el 28 % de los adolescentes que abusan de las mismas ha faltado algún día a clase en el último mes sin motivo justificado. Por otro lado, casi la mitad de los chicos que abusan de las pantallas han suspendido tres o más asignaturas, mientras que ese porcentaje se eleva hasta el 60 % cuando el abuso pasa a ser una adicción.
Durante la presentación, se ha compartido incluso el testimonio de una familia acompañada por Cáritas Oviedo que la adicción de uno de los hijos desembocó en agresiones hacia su madre. Por todo ello, y teniendo en cuenta que las pantallas cada vez van a ser más protagonistas en más ámbitos de la vida, «el reto está en encontrar el equilibro entre las virtudes que ofrecen y los riesgos que entrañan», ha afirmado Daniel Rodríguez. Pero este camino, ha añadido, no lo pueden recorrer los chicos solos. El acompañamiento a ellos y a sus familias «se hace necesario y debe hacerse desde la comprensión del fenómeno y su dimensión», y teniendo en cuenta que «la prohibición del uso de pantallas les expulsa de su círculo de amistades».
Por su parte, la responsable del programa de Infancia, Adolescencia y Juventud de Cáritas Española ha subrayado la importancia de que este acompañamiento lleve a una educación en valores y que se realice con el apoyo de la comunidad. En este sentido, Carmen García ha propuesto educar a los chicos en cuestiones como «la paciencia» o en el control de «la impulsividad». En definitiva, la autorregulación.
Por último, Cáritas también ha hablado de la importancia del ejemplo familiar. «Cuando un joven convive con progenitores que hacen un uso razonable de las pantallas la probabilidad de llegar a desarrollar una conducta adictiva se reduce un 70 %», han destacado desde la entidad caritativa de la Iglesia. «Las posibilidades que tienen los jóvenes de acceder a un ocio estructurado», según Daniel Rodríguez, es otra de las «situaciones que protegen a la juventud».