Cáritas denuncia «la violencia estructural que niega el derecho a la alimentación»
811 millones de personas en todo el mundo están malnutridas
Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, este sábado 16 de octubre, Cáritas celebró los pasados jueves y viernes las jornadas Ante el derecho a una alimentación saludable, en El Escorial (Madrid). La organización ha difundido un comunicado, a modo de conclusión, en el que denuncia la «violencia estructural que niega a sectores de la población el derecho a la alimentación» y anima a la «búsqueda de alternativas de acompañamiento basadas en la dignificación del acceso a este derecho y que ponga a las personas en el centro de todas las acciones».
Según el último informe de Cáritas sobre seguridad alimentaria y nutrición en el mundo, se estima en 811 millones las personas subalimentadas, cerca de la décima parte de la población mundial. La crisis de la COVID-19 ha empeorado la situación. Cáritas advierte de que la pandemia «ha provocado unos de los mayores aumentos del hambre en el mundo en décadas y está provocando efectos muy preocupantes, con una profunda huella de importantes consecuencias, en las condiciones de vida y niveles de integración social de las personas y familias». La entidad afirma ser «testigo del severo impacto que tiene las deficiencias del sistema alimentario global, poniendo en riesgo la vida y los medios de subsistencia de muchas personas y hogares de nuestro país y el resto del mundo, especialmente en los más vulnerables».
En España, el 80,6 % de las personas acompañadas por Cáritas en el último año lo fueron a través de los programas de acogida y asistencia (1.425.991 personas). «En nuestras respuestas en este ámbito, siguen teniendo un relieve importante los proyectos de donación en especie, si bien el gran reto estratégico en el que toda la Confederación Cáritas en España viene trabajando en los últimos años se orienta a la dignificación de esta ayuda a través de diversas iniciativas que ya están en marcha en numerosas Cáritas Diocesanas para garantizar el acceso a este derecho de personas y familias en situación de grave privación material, que mantienen la privacidad de los destinatarios, como son el uso de tarjetas monedero, pagos a través de telefonía móvil o el uso de códigos QR», señala la organización.
Cuidar a las personas y la Creación
Los participantes en las jornadas han reafirmado su voluntad de «seguir caminando hacia una realidad social basada en el cuidado de las personas y, también, en el cuidado de la Creación». «Hacia el cuidado de las personas, porque queremos facilitar, allí donde los servicios públicos no llegan, el acceso a este derecho universal dentro de un proceso que ha de estar acompañado por el respeto a la dignidad humana, el anonimato y la normalización de un acto, el de alimentarse de manera adecuada cada día, donde queden garantizados la capacidad de elección, qué se quiere comer, cómo hacerlo y dónde se adquieren esos alimentos», señala el comunicado de Cáritas.
«Y hacia el cuidado del planeta, porque Cáritas apuesta por cultivar la conciencia personal y comunitaria para identificar la protección del derecho a la alimentación con el cuidado de nuestra Casa Común», lo cual «requiere asumir gestos personales, como la decisión de qué productos compramos, dónde realizamos nuestras compras o cómo reciclamos, y gestos de carácter colectivo, como apoyar las iniciativas que garanticen el acceso universal de todos al derecho a la alimentación».
Por ejemplo, Cáritas propone modelos de producción «que contribuyan a la cadena del reaprovechamiento alimentario, desde su origen (reflexionando sobre el tipo de economía de consumo que produce más de lo necesario, empobreciendo y desertizando la tierra) hasta el final de la cadena (generando iniciativas para reelaborar menús con productos, que, de otro modo, irían a los contenedores de basura)».