Cáritas critica la propuesta de endurecer el asilo en casos como el de Bielorrusia
Relajar los estándares que se exigen a los países para procesar las solicitudes de asilo «sienta un peligroso precedente» en un contexto en el que cada vez más países tienden a no respetar este derecho
Cáritas Europa mira con suspicacia los pasos que está dando la Unión Europea para endurecer las condiciones de asilo en caso de un conflicto fronterizo como el ocurrido entre Bielorrusia y Polonia, Letonia y Lituania. «Esta propuesta podría restringir el derecho al asilo y las salvaguardas en los procesos, llevar a devoluciones en caliente y a procesos largos en la frontera con un apoyo mínimo a los solicitantes de asilo». Incluso «hay un riesgo elevado de que se apliquen detenciones», denuncia a Alfa y Omega Leïla Bodeux, responsable de Políticas y Promoción de Cáritas Europa.
El martes, la Comisión Europea aprobó un proyecto de reforma de la zona Schengen. En él, además de centralizar en Bruselas el cierre de las fronteras exteriores de la UE ante una crisis sanitaria, se facilitará el endurecimiento de las normas de asilo en caso de que un tercer país «instrumentalice» la migración. Esta propuesta es similar a la presentada el 1 de diciembre, y que si es aprobada por el Consejo de la UE ofrecería a los países afectados más flexibilidad para contener los flujos migratorios relajando los requisitos que hay que cumplir en los procesos de asilo.
Así, por ejemplo, se podría retrasar el registro de solicitantes de asilo hasta cuatro semanas, prolongar hasta cuatro meses la tramitación de las solicitudes, no aplicar los estándares mínimos que fija la UE para estos procesos y devolver de forma expeditiva a quienes sean rechazados. Mientras tanto, se mantendría a los solicitantes en la frontera reduciendo las condiciones materiales de la acogida solo a sus necesidades básicas.
Este mecanismo se basaría en el propio Tratado de la UE y solo estaría en vigor durante seis meses de forma preventiva. Sin embargo, con la reforma del espacio Schengen existiría en el futuro una base legal adaptada a este tipo de ataque «híbrido», a la que se podría recurrir de forma más ágil.
«Medidas desproporcionadas»
Para Bodeux, las medidas «parecen desproporcionadas», ya que «no nos estamos enfrentando a una crisis en cuanto al número de personas implicadas». Critica que «en vez de promover la solidaridad a través de la reubicación», como se hizo en 2015, «en esta ocasión la Comisión Europea elige derogar el acervo» legal sobre asilo.
Seguir adelante con esta reforma «sienta un peligroso precedente para otros Estados miembro que se inclinan cada vez más a no respetar el derecho de asilo y a llevar a cabo devoluciones en caliente sin ninguna consecuencia legal ni reprimenda de la Comisión Europea», lamenta la representante de Cáritas Europa.
Frente a este intento de «derogación del derecho de asilo» en la UE, Bodeux opina que «la Comisión debería mantenerse firme en la defensa del estado de derecho y el respeto en Europa a la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, que está cada vez más amenazada». Para «asegurar un acceso eficaz al asilo y a la ayuda humanitaria se necesita más solidaridad y apoyo práctico de las agencias de la UE».
En el caso concreto de la frontera bielorrusa, exhorta a las instituciones europeas «pedir que se ofrezca acceso a los procesos de asilo y a la ayuda humanitaria en Polonia, Letonia y Lituania, y asegurar que las ONG, los medios y agentes independientes puedan tener acceso a la zona de la frontera para llevar a cabo su trabajo y ofrecer asistencia a los migrantes».