Cardenal Tolentino: «La necesidad de escucha está por todas partes»
El cardenal José Tolentino Mendonça, responsable del Archivo y la Biblioteca Apostólica Vaticana, ha acudido a Madrid a clausurar la exposición Violencias Silenciadas, del Espacio O_Lumen, vinculado a los dominicos
«¿Soy yo el guardián de mi hermano?». Con el pasaje bíblico de Caín y Abel de fondo, el cardenal José Tolentino Mendonça, responsable del Archivo y la Biblioteca Apostólica Vaticana, cerró el miércoles la muestra que Espacio O_Lumen, de los dominicos, ha dedicado en las últimas semanas a las Violencias Silenciadas.
«La fraternidad es un imperativo ético. No es un automatismo, tiene que haber una decisión ética sobre el otro: ¿escucho o no escucho? ¿Acojo o no acojo? ¿Hago vivir o discrimino?», cuestionó el cardenal portugués, al tiempo que defendió que «la fraternidad es una decisión y un proyecto con el que debemos comprometernos. El bien y el mal no son inevitables, sino que son tomas de posición ética. Estamos, por eso, llamados a hacer algo».
Tolentino valoró el Espacio O_Lumen, afirmando que «aquí la experiencia cristiana convive con las artes y la palabra. En Madrid hay otras galerías culturalmente activas, pero la aportación de este espacio es la experiencia religiosa, que es un receptor muy preciso para una escucha total, radical y escatológica de la condición humana».
Este lugar «es un verdadero oído, un receptor de señales, un dispositivo para escuchar», señaló, destacando que precisamente la escucha «no es la mayor de las habilidades que practicamos».
Sin embargo, «si revisamos la historia de la humanidad, desde la vida cotidiana hasta la más sofisticada construcción del pensamiento, la necesidad de escucha es lo que se insinúa en todas partes. La mayoría de las cosas que hemos inventado desde la rueda hasta la palabra, desde la mesas hasta las plazas de nuestros pueblos, desde los medios de comunicación hasta la grandes obras de arte, todas son resultado de este deseo de escucha cercana».
Por eso, lamentó que «tantas veces nos perdemos en abstracciones, porque no escuchamos la vida real», algo a lo que viene salvar la alianza entre religión, mística y arte, «lo que permite a la religión dialogar con las artes y hace del arte una práctica de hospitalidad y escucha de la vida en su drama y en su misterio».
El responsable del Archivo y la Biblioteca Apostólica Vaticana hizo hincapié en que «el judaísmo y cristianismo son religiones de la escucha», y que «hay una ética de la escucha que nos abre a los rumores del otro». De ahí que se preguntara: «¿Qué estamos escuchando hoy? Podemos pensar que la situación actual del mundo es coyuntural y se resolverá por sí misma, o podemos abrazar que no vivimos solo en una época de cambios, sino en un cambio de época. El desafío para nosotros los cristianos es cómo poner el Evangelio en el centro de la historia hoy», acudiendo a responder a «esta necesidad de escucha que es una especie de clave de los principales movimientos de hoy».