Cardenal Ranjith: «El Gobierno de Sri Lanka no quiso evitar los atentados de 2019»
Duras acusaciones del arzobispo de Colombo ante los atentados que dejaron 269 muertos en el país: «sabían que se avecinaba un atentado y sabían que habría muertos y heridos», denuncia
Tres años después y con un coste de 2.500.000 dólares, el gobierno de Sri Lanka ha publicado un informe de un total de 88 volúmenes sobre los atentados del Domingo de Resurrección de 2019. A raíz de la investigación se han presentado 23.000 cargos contra 25 personas; no obstante, la Iglesia católica no está convencida de que se haya hecho justicia a los 269 muertos y 500 heridos.
«Toda la comunidad católica de Sri Lanka desea saber la verdad sobre estos atentados porque el daño causado a la comunidad ha sido muy, muy profundo, han muerto 269 personas, la mayoría de ellas católicas. Y no podemos olvidarnos del intento de enfrentar a una comunidad religiosa con otra que sería la agenda oculta detrás de estos ataques», ha afirmado el cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo, en una entrevista a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
Pese a ello, «algunas de las personas que nos ayudaron entonces y que ayudaron a las familias eran musulmanes. Nos dieron mucho dinero, y vinieron y lloraron con nosotros», señala Ranjith, aunque «tanto ellos como nosotros tenemos la sensación de que se está enfrentando a las diferentes religiones para obtener rédito político. Así que debemos tener muy claro quién está detrás de todo ello y evitar caer en la trampa de la violencia interreligiosa».
A la hora de valorar el informe oficial, el cardenal arzobispo de Colombo menciona que «en sí es muy bueno, pero queremos que se apliquen sus recomendaciones. Y una de las principales recomendaciones es no limitarse a castigar a 25 musulmanes acusados de 23.000 cargos, pues según el reporte no parecen haber llevado a cabo los atentados por un motivo religioso. Más bien parece que detrás hay un motivo político. Parece que hubo alguien con autoridad detrás de este ataque».
Ranjith sospecha que de que la explicación que atribuye al ISIS la responsabilidad absoluta de los hechos no es toda la verdad, «porque, para mí, una banda de jóvenes maleantes no pudo perpetrar los atentados de forma tan profesional. Insté a nuestra gente a que no reaccionara contra los musulmanes, pues tenía la impresión de que era un intento de enfrentar violentamente a cristianos y musulmanes, lo cual habría supuesto un gran desastre para el país».
En este sentido, «la Comisión de Servicios Públicos (CSP) de Sri Lanka ha aportado pruebas de que el Gobierno indio dio cuatro avisos a nuestros servicios de inteligencia y, sin embargo, el Gobierno de Sri Lanka no advirtió a la población ni advirtió a la Iglesia», denuncia el cardenal en la entrevista, que no duda en afirmar que los dirigentes del gobierno «sabían que se avecinaba un atentado y sabían que habría muertos y heridos, pero no quisieron evitarlo».
Para Ranjith, los servicios de inteligencia y la policía de Sri Lanka no advirtieron a la población de que podía producirse un atentado porque «pensaban que esa información podría crear caos en el país y un determinado candidato electoral solo saldría ganando si prometía estabilidad y seguridad a la población. Ese candidato electoral es el actual presidente de Sri Lanka. Podemos sumar dos y dos».
Por todo ello, el cardenal arzobispo de Colombo exclama: «Queremos vivir la verdad. Hay algunos puntos en los que la comisión de investigación recomienda que se siga investigando, y nosotros queremos que así se haga. Si eso no ocurre, no tenemos otra opción que acudir a la comunidad internacional. Nos estamos quedando sin otra alternativa».
En lo personal, Ranjith asegura que «vivimos una situación difícil» y «debemos rezar sin descanso y rogar al Señor que nos ayude. A veces, en esta lucha, me siento un poco como el Moisés impotente que intentó sacar a su pueblo de Egipto cruzando el mar. Lograr de alguna manera justicia para nuestra gente no significa vengarse, sino averiguar quién lo hizo realmente y por qué. No hubo provocación alguna, las víctimas nunca hicieron mal a nadie».
El cardenal recuerda también que «en esos atentados no solo murieron esrilanqueses, sino también varios americanos y varios europeos. Hubo 47 personas asesinadas procedentes de 14 países y 82 niños. La sangre de todas estas personas clama al cielo pidiendo justicia».