Cardenal Porras: «El Gobierno de Venezuela no es de izquierdas, es de bandidos y fascinerosos»
Además de la crisis económica y el desabastecimiento de bienes y servicios, Venezuela tiene un problema de violencia en el que intervienen tres factores: «la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo», subrayó el jueves el cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de Caracas. También valoró la buena acogida que en España reciben los inmigrantes venezolanos, y los animó a mantener la esperanza «para crear oportunidades para superar» la situación actual
Dentro de la larga temporada de crisis y declive que está viviendo Venezuela, 2019 «es un momento inédito». Lo afirmó el jueves en Madrid el cardenal Baltazar Porras, obispo de Mérida (Venezuela) y administrador apostólico de Caracas, que recién llegado a España se hizo presente en las IV Conversaciones PPC. En este momento, «el régimen solo se mantiene por el apoyo militar», aseguró, subrayando la contradicción entre este dato y que Nicolás Maduro sea un civil.
Además de la falta de comida, de medicamentos y de servicios básicos, «se ha incrementado mucho la falta de seguridad jurídica. La represión es brutal en todos los planos». En este sentido, el administrado apostólico de Caracas aseguró que la violencia en el país está vinculada con tres factores: la corrupción, «que es pecata minutaporque sobre ella se puede negociar si se devuelve» lo robado; el narcotráfico y el terrorismo.
A este último problema dedicó especial atención. «Venezuela es sede de células de Hizbolá, del ISIS, como antes de ETA, y de los grupos terroristas más cercanos, los colombianos. Nos preguntamos de quién es la frontera venezolana, porque en esa zona los vicarios y obispos reciben a diario testimonios de presencia del ELN, las FARC, los paramilitares y los boliches, el grupo terrorista bolivariano venezolano». Por todo ello, subrayó que «no tenemos un Gobierno de izquierdas, tenemos un Gobierno de bandidos y fascinerosos».
Un problema relacionado con todo ello es la consiguiente falta de control sobre la explotación de los recursos naturales del país, y en particular de la Amazonía venezolana, una zona rica en biodiversidad además de en «oro, diamantes, coltán. Teniendo Venezuela solo el 7 % de la Amazonía, es la parte más explotada».
Ante todo esto, el obispo de Mérida destacó que «la institución que ha dado más la cara ha sido la Iglesia». Y no le ha salido gratis. «Salvo excepciones, no ha habido un ataque directo al episcopado. Pero se ataca por la base, a los sacerdotes y religiosas de las zonas populares, y siempre con amenazas verbales». En este entorno, «es bien complicado mantener una espiritualidad y una actitud de servicio», reconoció.
Uno de cada seis venezolanos, emigrado
La gravísima crisis ha hecho que los venezolanos estén protagonizando el mayor éxodo de la historia de América Latina. Hoy en día, recordó el cardenal Porras, «ya son entre cuatro y cinco millones los venezolanos que han salido, de una población que escasamente llega a los 30 millones». En la frontera de Cúcuta, con Colombia, por ejemplo, pasan cada día 20.000 o 30.000 personas, emigrantes y también gente que simplemente intenta comprar bienes básicos.
«Eso significa que muchos abuelos están quedando solos al cargo de los nietos, y mucha gente está quedando huérfana de afectos». Estamos teniendo un problema muy serio de depresiones, de suicidios», añadió.
Se trata de un problema «muy nuevo para nosotros. Hasta hace poco, Venezuela fue un país receptor», que a partir de la Guerra Civil española y la II Guerra Mundial recibió a casi un millón de españoles, y otros tantos portugueses e italianos. «Hubo un recibimiento afetuoso», sin obviar algunos problemas; «y vino a significar un cambio cultural, social y religioso muy profundo».
«Ser constructores de esperanza»
Ahora, décadas después, el cardenal Porras recordó que aunque la mayoría de venezolanos opta por otros países de América Latina, muchos están huyendo a España, sobre todo si pueden demostrar que tienen ascendientes españoles. «Hay qué ver cómo están las curias diocesanas de gente buscando papeles para comprobar quiénes fueron sus antepasados» y poder optar a la nacionalidad. Nuestro país, añadió el administrador apostólico de Caracas, «se ha comportado y se comporta muy bien» con los venezolanos.
Desde el colegio mayor Mara, donde se celebraban las Conversaciones PPC, el cardenal Porras se dirigió directamente a la Universidad Pontificia de Comillas, donde se celebraba un encuentro de exalumnos de la venezolana Universidad Católica Andrés Bello. A los asistentes, venezolanos emigrados a España, los animó a que el análisis de la situación del país que se hizo en el encuentro «no sea para aplastarnos sino para ver cómo crear oportunidades para superarla».
«Tenemos que ser constructores de esperanza, no estar de brazos cruzados» esperando «una solución de la que no seamos protagonistas». Todo emigrante, reconoció, tiene que adaptarse a otro marco, a veces con muchas dificultades. Pero dentro de todo ello «hay que ver la parte positiva» y trabajar «para que la Venezuela que esperamos y soñamos pueda ser pronto una realidad».