Cardenal Osoro: «No hay Navidad sin Jesús»
El arzobispo recuerda en las celebraciones de catedral que «Dios nos ha manifestado una manera de vivir nueva» y lamenta los «intentos» de acabar con su presencia
«Hoy nos ha nacido el Salvador. […] Dios ha venido a este mundo, Dios se ha hecho presente, Dios tomó rostro humano entre los hombres y Dios nos ha manifestado una manera de vivir y de existir absolutamente nueva». Así arrancó el arzobispo de Madrid su homilía en la Misa del Gallo en la catedral, cuando el reloj marcaba las 00:30 horas del día de Navidad.
El cardenal Osoro planteó si, en estos momentos, «¿no es importante anunciar que Cristo ha venido a este mundo, que una manera nueva de existir y de vivir es entregada al hombre, y no por otros hombres, sino por un Dios que ha tomado rostro humano, que se convierte en Príncipe de la Paz?».
Hoy, prosiguió, «el ser humano tiene sed, ¿seremos capaces de abrevar esa sed?». Para ilustrarlo contó que el mismo viernes, 24 de diciembre, estuvo en la prisión de Soto del Real y bautizó a «un muchacho de Irán», que «no conocía al Señor y lo ha conocido en la cárcel»: «La noche, cerrada para este joven, que terminó en una cárcel de aquí en Madrid, se ha convertido en claridad». A los internos, según contó, les explicó que «Jesús no te pregunta qué hiciste», sino que «Él se acerca a ti y te abraza». «Dios te ama, no te juzga, te quiere. Está contigo en todas las circunstancias que vives. Quiere darte tu vida. Acógela. No dudes. Algo habéis hecho y por eso estáis aquí, pero Jesús te abraza y te dice: “No lo hagáis más. Sigue mis pasos”», abundó.
Con la vista en todos los fieles, el purpurado remarcó que «Él quiere encontrar sitio en nuestro corazón, pero, queridos hermanos, ¿tenemos espacio para Él cuando viene a nuestro pueblo?». «Quizá estamos llenos de nosotros mismos y no hay sitio ni tiempo para Dios. ¿Quién tiene un espacio interior para Él?, ¿cómo lo preparamos? ¿Hay en nuestra sociedad un sitio para Dios o intentamos que de esta cultura y de esta sociedad desaparezca Dios? ¿Hay un intento soslayado, no directo, de matar y de eliminar la presencia de Dios?», cuestionó, alertando de que «se confunden quienes hacen esto» y de que «no hay Navidad sin Jesús».
En esta línea, el domingo, en la celebración de fiesta de la Sagrada Familia –en la que no pudo haber los tradicionales saludos por la pandemia–, señaló que «Jesús creció y aprendió a caminar por la vida en el seno de una familia» y valoró que sus miembros centraron «la vida y la existencia en Dios». «La familia de Nazaret puede ser un ejemplo para nuestras familias cristianas», destacó. «A pesar de la situación de crisis que atraviesa la familia, […] es el ámbito privilegiado para las relaciones humanas desde la libertad, desde la gratuidad, y favorecedor del crecimiento personal, social y religioso».
Familias de oración
Aludiendo a la promulgación hace cinco años de Amoris laetitia, dijo que «no basta con reiterar el valor de la familia», que también hay que hacerlo, sino que «es necesario convertirnos en custodios de la belleza de la familia». Para lograrlo, dio «tres tareas esenciales» a padres e hijos: «cuidar la fe», «cuidar la unidad» y «cuidar la verdad». «Abríos a la confianza en Dios. La oración no es fuga, no es escapar de los problemas, es el arma para custodiar el amor y la esperanza en las familias», remarcó, reconociendo que «a veces no es fácil levantar la mirada cuando estamos en dificultades» y pidiendo «que en vuestras casas haya referencias reales a vuestra adhesión a Dios».