Cardenal Osoro en la Vigilia Pascual: «El Resucitado da un sentido absolutamente nuevo a la vida»
«No estamos reunidos aquí por un hombre famoso que vivió hace 21 siglos», sino en nombre de Dios, que «ha vencido a la muerte», asegura el arzobispo de Madrid
«Queridos hermanos, Cristo ha resucitado. Cristo, Nuestro Señor, ha resucitado y esto es lo que celebramos nosotros en esta Noche Santa. […] Cristo ha vuelto a crear nuevas todas las cosas». Así lo ha subrayado el arzobispo de Madrid en la Vigilia Pascual celebrada este sábado, 3 de abril, en la catedral de Santa María la Real de la Almudena.
En una celebración que san Agustín llamaba «la madre de todas las vigilias», el cardenal Carlos Osoro ha detallado que «no estamos reunidos aquí por un hombre famoso que vivió hace 21 siglos», sino «en nombre de Dios, que se hizo presente en la Tierra» y «ha vencido a la muerte» y así «aporta paz y esperanza a nuestras vidas». «Que la humanidad entera encuentre en Ti la luz y la fuerza para oponerse a todo lo que niega la vida en este mundo», ha pedido.
Al hilo del Evangelio proclamado, el purpurado ha narrado el momento en el que «tres mujeres se dirigían al sepulcro» con aromas porque «amaban a Jesús», «habían visto lo que Él hacía junto a los hombres». Y se preguntaban «quién nos correrá la piedra del sepulcro», «aquella piedra enorme que no sentían fuerzas para mover» y que representa «lo definitivo, que es la muerte, y no la podemos quitar nosotros».
Al llegar, tal y como ha detallado, se encontraron con que «esa piedra ha sido eliminada porque Cristo ha triunfado» y «esto lo tenemos que anunciar a todos los hombres en todas las partes de la Tierra». «La fuerza del Resucitado puede remover absolutamente todo, […] puede dar un sentido absolutamente nuevo a la vida», ha abundado.
En el sepulcro –ha continuado– encontraron «a un joven vestido de blanco, el color de la vida», que les dijo: «No temáis. Ya sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí, ¡ha resucitado!», y les explicó que «va por delante de vosotros a Galilea». «¿Cuál es mi Galilea?», ha preguntado el cardenal Osoro. Para «recibir al Resucitado en medio de nosotros», ha remarcado, es importante «la vuelta a la vida ordinaria», «a nuestros trabajos», «a nuestras familias», a ver los «sufrimientos diversos» de otros, y ahí «acoger Su presencia». «Que aparezca en nuestra manera de vivir esta realidad: Cristo ha resucitado».
En esta línea, antes de terminar su homilía, el arzobispo ha rescatado unos versos de José María Pemán en El divino impaciente, su obra dedicada a san Francisco Javier: «Soy más amigo del viento, Señora, que de la brisa… ¡Y hay que hacer el bien deprisa, que el mal no pierde momento!».
En la vigilia, en la que ha sido bautizado un adulto y ha habido un recuerdo a Kiko Argüello –«que está mejor, gracias a Dios»–, ha estado presente el metropolita monseñor Besarión, del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, y han concelebrado los obispos auxiliares monseñor José Cobo, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, monseñor Santos Montoya y monseñor Jesús Vidal, además de numerosos presbíteros.