Cardenal Osoro en la fiesta de La Almudena: «El amor al prójimo muestra el valor que damos a Dios»
«Jesús nos deja a María como Madre para que aprendamos junto a Ella que la verificación del amor a Dios se muestra en el amor que tengamos al prójimo y, al revés, que el amor al prójimo muestra el valor que damos a Dios. Porque lo amamos con las mismas medidas que el Señor le dio, no hacemos recortes». Así lo ha subrayado el cardenal Osoro ante los numerosos madrileños que abarrotaban la plaza Mayor para honrar a su patrona, Santa María la Real de la Almudena, en un día de fiesta que ha amanecido con un sol que ninguna previsión contemplaba.
El arzobispo de Madrid ha incidido en que, tanto en aquel momento en el que Jesús nos entregó a su Madre a todos a través de Juan como ahora, hay personas que «siembran la discordia», que generan «división y enfrentamientos». «Por eso, esta mañana –ha detallado– venimos con fe a decirle a María: a ti que fuiste Madre de quien es la paz, de quien une a los hombres, de quien elimina todo egoísmo, de quien dio la vida por nosotros; […] te pedimos con fuerza que arranques la discordia, la envidia, el querer imponer lo que yo pienso… Te pedimos hoy, Madre, que nos enseñes a vivir como hermanos. Somos distintos, a cada uno nos ha dado Dios unas riquezas que hemos de poner al servicio de los otros».
La Virgen –ha continuado en su homilía– es «una mujer excepcional» que «sola empieza esta historia, luego la prosigue con José y Jesús, pero en el inicio Ella sola, en un diálogo con y ante Dios, aceptó dar rostro humano a Dios». En ese momento, el purpurado se ha detenido para recordar a «las mujeres que están solas, que sacan adelante la casa, que educan ellas a solas a sus hijos», de igual forma que luego ha revelado que, desde que llegó a Madrid, se le han acercado muchas «madres que están sufriendo»: «unas por sus hijos que han tomado un camino diferente al que ellas le han propuesto; otras porque su hijo o hija está enfermo grave; otras porque su hijo o hija está en la droga; muchas porque su hijo o hija no tiene trabajo; otras porque se le murió su hijo».
«Las madres me han enseñado a leer el Evangelio con los ojos de María»
El cardenal Osoro ha alabado la «memoria» que «tienen las madres de sus hijos» y ha reconocido que «las madres aquí en Madrid me han enseñado a leer el Evangelio con los ojos de María, para descubrir cómo se construye un mundo para todos y mirando especialmente a los que más lo necesitan».
«Que la pobreza, la debilidad, la necesidad, la humildad o la sencillez nos muevan al amor, que nos sorprendan para hacer el bien, para buscar lo mejor paras el otro; que nos muevan al amor de María manifestado en su sí a Dios para todos los hombres. Vivamos la fidelidad a quien nos ama y cuenta con nosotros para hacerse presente y patente ante los hombres […]. Vivamos de la fuerza del Señor, como María después de la anunciación. Y asumamos el secreto de la Virgen para vivir y dar vida: la Palabra de Dios marcó su dirección y sus acciones», ha aseverado.
Esta apuesta por «la cultura del encuentro» –ha desgranado en otro momento– también la hacen «comunidades cristianas, parroquias, sacerdotes, religiosos y religiosas, vida consagrada en general, laicos cristianos, niños, jóvenes y mayores, hombres y mujeres de buena voluntad que, a lo mejor no han sido encantados aún por Jesucristo, pero están tratando al que tienen a su lado como imagen misma de Dios».
Carmena: «Que Madrid sea un referente de acogida a migrantes y contra la soledad»
Poco antes, en la renovación del tradicional Voto de la Villa, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha reclamado que Madrid sea una ciudad que salvaguarde la «dignidad» de los desplazados y acoja a «todos sus hijos» como hace la Virgen, al tiempo que ha señalado que esta «padeció una durísima experiencia de soledad, en una imagen que nos recuerda que muchos de nuestros vecinos y vecinas sufren una soledad dolorosa en una ciudad tan poblada como la nuestra».
«Nuestro querido Madrid se quiere convertir hoy en un referente en la acogida de inmigrantes y refugiados y en el combate contra la soledad no deseada», ha añadido.
Con el cardenal Osoro han concelebrado el arzobispo emérito de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela; el arzobispo castrense, monseñor Juan del Río; el obispo emérito de Ciudad Real, monseñor Antonio Algora; los obispos auxiliares monseñor José Cobo, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, monseñor Santos Montoya y monseñor Jesús Vidal; el obispo de Getafe, monseñor Ginés García Beltrán; el obispo auxiliar de Getafe, monseñor José Rico Pavés; el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Renzo Fratini; los vicarios episcopales y numerosos sacerdotes.
Entre las autoridades, además de la alcaldesa, han estado el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido; la presidenta de la Asamblea de Madrid, Paloma Adrados; los concejales José Luis Martínez-Almeida (PP), Purificación Causapié (PSOE) y Begoña Villacís (Ciudadanos), y los diputados Ángel Gabilondo (PSOE) e Ignacio Aguado (Ciudadanos).
Procesión y ofrenda floral solidaria
La imagen de la Virgen ha llegado y saldrá de la plaza a hombros de los costaleros de la Hermandad de Jesús el Pobre, que la llevan en andas por el Año Jubilar Mariano. El recorrido por las calles Sal, Mayor y Bailén concluirá con el homenaje de las casas regionales y los grupos tradicionales de Madrid antes de entrar en el templo.
Además, el sábado 10, a las 12:00 horas, se celebrará una Eucaristía en la catedral y, después, se rezará la sabatina ante la imagen de la Virgen en la plaza de la Almudena.
Hasta el domingo, los madrileños que lo deseen pueden seguir acercándose a la plaza de la Almudena para honrab a su patrona con flores y con alimentos solidarios que serán donados a los comedores sociales que atienden distintas parroquias de Madrid.