Cardenal Osoro: «En la familia somos todos maestros en el amor los unos de los otros» - Alfa y Omega

Cardenal Osoro: «En la familia somos todos maestros en el amor los unos de los otros»

El arzobispo de Madrid sitúa a un matrimonio al frente de la pastoral familiar: María Bazal González y José Barceló Llauger, dos de los responsables de la Fundación Casa de la Familia

Ricardo Benjumea
Carlos Osoro
Foto: Archimadrid / José Luis Bonaño.

Una catedral de La Almudena abarrotada para la Misa de doce marcó el punto central de la Jornada de la Sagrada Familia en Madrid, en la que el cardenal Osoro, un año más, saluda y bendice una a una a las familias que a lo largo de todo el día se acercan a la capilla de la Virgen Patrona de Madrid. Una celebración litúrgica en la que han tenido un protagonismo especial las familias a través de múltiples gestos, y en la que el arzobispo ha aprovechado para dar a conocer a los nuevos delegados diocesanos de Familia, el matrimonio formado por María Bazal González y José Barceló Llauger, miembro del patronato y presidente respectivamente de la Fundación Casa de la Familia, que toman el relevo del sacerdote Fernando Simón. Se trata del primer anuncio oficial de la renovación de la curia madrileña, ya prácticamente a punto, inspirada en las reformas que está llevando a cabo el Papa en la Santa Sede, y con una mucho mayor presencia de laicos en el organigrama.

Con el arzobispo de Madrid concelebraron el cardenal Jozef De Kesel, arzobispo de Malinas-Bruselas; el nuncio en España, el arzobispo Renzo Fratini; el obispo de Teruel, Antonio Gómez Cantero, y los auxiliares de Madrid José Cobo y Santos Montoya. Participaron también el hermano Alois y otros miembros de la comunidad monástica de Taizé.

Una comunidad de «elegidos de Dios»

En su homilía, Carlos Osoro se refirió a la familia cristiana como aquella que, inspirada en «el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret», «manifiesta el amor de Dios en sus relaciones». Se trata –dijo– de una comunidad de «elegidos de Dios» en virtud del bautismo. Elegidos, «no santos», porque «santo solo es Jesucristo», y la familia participa de esa santidad «cuando vive la compasión, la bondad, la mansedumbre y la paciencia»; cuando logra «mantener la unidad y la paz en la vida doméstica».

En este camino hacia la santidad todos los miembros de la familia son «maestros los unos de los otros»; «en la familia somos todos pastores, nos pastoreamos mutuamente en el amor mismo de Jesucristo», añadió.

«La medida del amor» de la familia cristiana es Jesucristo», que nos enseña a «dar la vida» por los demás. Y a «ocuparnos de las cosas de Dios», como responde que debe hacer el niño Jesús a María y José, cuando estos le recriminan por haberse perdido en su peregrinación a Jerusalén.

Se trata, sin embargo, de dos caras de la misma moneda, resaltó el cardenal Osoro. «Cuando nos ocupamos de las cosas de Dios, resulta que yo me ocupo de las cosas de mi hermano. Porque Dios se ha ocupado de nosotros, ha venido a nuestra vida, a nuestra historia… ¿Quién puede decir que es discípulo de Jesús y a los más cercanos no les ama con el mismo amor de Jesús?».

El cardenal Osoro saluda a los nuevos responsables de pastoral familiar de Madrid, José Barceló y María Bazal. Foto: Archimadrid/José Luis Bolaño

Adoración eucarística en la cripta

Tras un breve descanso, el cardenal Osoro retoma las bendiciones de fieles de 15 a 18 horas. Con la peculiaridad este año de que, además de familias, se están acercando a la catedral muchos jóvenes participantes al Encuentro de Taizé.

Al igual que otros años, hay una notable presencia de turistas que se encuentran por sorpresa la celebración y aprovechan para saludar al arzobispo de Madrid. De hecho, las primeras personas en hacerlo esta mañana fueron un grupo de visitantes coreanos.

Previamente a la celebración, parroquias en representación de cada la vicaría celebraron en el sábado de 17 a 22 horas en la cripta de la Almudena una adoración eucarística en la que pidieron por todas las familias.