Cardenal Cobo: «En la catequesis nos estamos jugando el futuro de la Iglesia»

El pasado jueves la madrileña parroquia San Juan de la Cruz acogió el acto de clausura de los cursos formativos de la Delegación de Catequesis. El acto estuvo presidido por el cardenal José Cobo, quien agradeció el «recorrido» realizado en este itinerario. «Lo que acontece en estos encuentros es un acto de la Iglesia donde de repente alguien se atreve a lanzarse a un curso de formación, no para sí mismo, sino para todos los que tenemos detrás», señaló.

«La Iglesia entera se pone en el disparadero de ahondar en la vocación que hemos recibido —añadió—, y a lo mejor uno no se queda todo el tema de la charla en la cabeza, pero esto es como la lluvia fina, que va calando y va entrando en vosotros algo fundamental: un formato y una estructura, no simplemente intelectual, sino vocacional», informa Archimadrid. En su intervención, el cardenal Cobo remarcó la importancia de esta «estructura interior» que va calando en los catequistas, pues «cuando llega un problema y lo tenéis que afrontar, de repente os puede llegar a la mente un texto de la Palabra de Dios para resolverlo, con disposiciones y direcciones que hace unos años quizás no esperabais».

Se trata de una capacitación que «no solamente es personal», sino también «eclesial». «Vosotros venís aquí y os encontráis con gente de otras parroquias e inmediatamente una mirada personal y autorreferencial se va abriendo y así vas creciendo», dijo Cobo a los catequistas. De esta manera, «os convertís en un instrumento comunitario, no solamente para que los niños hagan la Primera Comunión, sino para reivindicar en vuestras comunidades que esa misma comunidad está para hacer cristianos», abundó. Solo así se entiende que en la catequesis «nos estamos jugando el futuro de la Iglesia», subrayó el arzobispo de Madrid.

Por último, José Cobo les pidió tener una «experiencia orante de la catequesis», porque sin oración «fallamos y cojeamos. Además, el arzobispo recalcó que los catequistas «sois referentes en vuestras comunidades, porque habéis aprendido a poner la Palabra de Dios en el lugar que conviene, a vivir los sacramentos y a hacer oración. Con esto aprendido, os convertís en testigos».