Cantalamessa: «La fraternidad católica está herida»
Durante la celebración de la Pasión del Señor, el predicador del Papa apunta a las opciones políticas como principal factor de división entre los católicos
El predicador de la Casa Pontificia, el cardenal Raniero Cantalamessa, ha advertido este Viernes Santo durante la celebración de la Pasión del Señor presidida por el Papa Francisco que aquello que causa más división entre los católicos son las opciones políticas y la ideología.
«¡La fraternidad católica está herida! La túnica de Cristo ha sido desgarrada por las divisiones entre las Iglesias; pero cada trozo de la túnica está dividido a menudo, a su vez, en otros trozos», ha añadido.
En este sentido, el purpurado se ha preguntado por la causa más común de las divisiones entre los católicos. Según ha dicho, «no es el dogma, no son los sacramentos y los ministerios», sino «la opción política, cuando toma ventaja sobre la realidad religiosa y eclesial y defiende una ideología, olvidando del todo el sentido y el deber de la obediencia en la Iglesia».
En su opinión, esto es lo que sucede en muchas partes del mundo, aunque sea un factor silencioso o se niegue. Incluso ha ido más allá al calificarlo de «pecado, en el sentido más estricto del término». «Significa que el reino de este mundo se ha vuelto más importante, en el propio corazón, que el Reino de Dios. Creo que todos estamos llamados a hacer un examen serio de nuestras conciencias sobre este asunto y a convertirnos», ha recalcado.
El ejemplo de Jesús
Así, ha invitado a seguir el Evangelio y el ejemplo de Jesús, pues en su época había «una fuerte polarización política» con cuatro partidos: fariseos, saduceos, herodianos y zelotas. «Jesús no se alineó con ninguno de ellos y se resistió enérgicamente al intento de arrastrarlo a un lado o al otro. La primitiva comunidad cristiana lo siguió fielmente en esta elección», ha subrayado.
En concreto se ha dirigido a los pastores, «que deben ser pastores de todo el rebaño y no de una sola parte» y por ello, ha agregado, «son los primeros en tener que hacer un examen serio de conciencia y preguntarse a dónde están llevando a su rebaño».
«El Concilio Vaticano II confía en particular a los laicos la tarea de poner en práctica, en las diversas situaciones históricas, las enseñanzas sociales, económicas y políticas del Evangelio. Estas pueden traducirse en opciones incluso diferentes, cuando sean respetuosas con los demás y pacíficas», ha explicado a renglón seguido.
Para Cantalamessa, si hay un carisma especial o un don que la Iglesia católica está llamada a cultivar es la unidad. «El reciente viaje del Santo Padre a Irak nos ha hecho sentir de primera mano lo que significa para quienes están oprimidos o han sobrevivido a guerras y persecuciones sentirse parte de un cuerpo universal, con alguien que pueda hacer que el resto del mundo escuche su grito y reviva la esperanza», ha concluido.